Para comprender la importancia de la nutrición en la salud, baste decir que se estima que un 35% de los tumores están relacionados con factores alimentarios. Esto se traduce en que el mero hecho de seguir una dieta correcta podría reducir la incidencia global de cáncer entre un 30 y un 40 %. Por supuesto, si a este hecho le unimos unos hábitos más saludables las cifras se disparan: si a la dieta le sumamos el abandono del tabaco, se calcula que entre el 60 y el 70% de los cánceres serían evitables. Para profundizar en cómo la dieta afecta al cáncer de mama hemos hablado con la doctora Iris Mercedes de Luna Boquera, especialista en Endocrinología y Nutrición.

¿Existe algún alimento que sea responsable de la aparición de cáncer?

La dieta en el cáncer de mama

No podemos señalar a un único alimento en concreto como causante de una enfermedad tan compleja como el cáncer. Es el patrón alimentario de forma global el que condiciona riesgos para nuestra salud. Según el estudio de la OMS, el consumo de carne procesada está asociado al desarrollo de cáncer colorrectal, y también hay indicios de vinculación con tumores gástricos. También se ha establecido relación entre el consumo abusivo de carnes rojas y el cáncer colorrectal, de páncreas y de próstata. Por otro lado, los métodos de cocción a alta temperatura generan compuestos que pueden contribuir al riesgo de padecer cáncer, pero su papel no está plenamente aclarado.

¿Se puede prevenir el cáncer de mama con la dieta?

Respecto al cáncer de mama, se estima que la dieta mediterránea puede reducir el riesgo de desarrollarlo hasta en un 30%. El estudio "EpiGeicamEste enlace se abrirá en una ventana nueva" realizado en España, puso de manifiesto que un patrón de dieta mediterránea, dieta rica en verduras, fruta, aceite de oliva, pescado y legumbres ayudaba en la prevención de la aparición de tumores. En este estudio también se estableció relación entre un alto consumo de productos grasos, carne procesada, dulces, bebidas calóricas y un bajo consumo de cereales y un mayor riesgo de padecer cáncer de mama, especialmente en las pacientes más jóvenes.

¿El ejercicio puede ser beneficioso?

La práctica de ejercicio físico, siempre realizado de manera regular, reduce el riesgo de tumores de mama y aumenta la supervivencia de las mujeres que ya lo han desarrollado, modulando la recurrencia y la progresión tumoral. También mantener un peso corporal adecuado previene los tumores relacionados con las hormonas en general, y además propicia una menor toxicidad de los tratamientos de quimioterapia y radioterapia, proporcionando una mejor calidad de vida en los pacientes con cáncer de mama.

El ejercicio previene el cáncer de mama

¿Los derivados de la soja tienen algún papel preventivo o perjudicial?

Es cierto que los alimentos derivados de la soja son fuentes ricas en unos compuestos llamados isoflavonas, que pueden tener propiedades similares a los estrógenos en el cuerpo y que se relacionan con el cáncer de mama. Sin embargo, algunos estudios recientes no han encontrado que la ingesta de alimentos de soja afecte a la probabilidad de que regrese el cáncer o a las tasas de supervivencia del cáncer de mama. Por otro lado, aunque consumir alimentos de soja no parece suponer un riesgo, no está muy clara la evidencia sobre los efectos que tiene el consumo de los suplementos de soja o de isoflavonas.

¿Y los suplementos como vitaminas o minerales?

Hasta el momento, ningún suplemento dietético (incluyendo vitaminas, minerales y productos de herbolarios) ha demostrado claramente que ayude a reducir el riesgo de que el cáncer de mama progrese o regrese. Esto no significa que ninguno pueda llegar a ser útil en el futuro, aunque es importante saber que ninguno ha demostrado serlo de forma clara hasta el momento.

¿Cómo afecta el consumo de alcohol en la aparición del cáncer de mama?

Se ha demostrado que el consumo habitual de bebidas alcohólicas aumenta el riesgo de padecer cáncer de mama al aumentar los niveles de estrógenos. Sin embargo, no hay evidencia firme acerca de si contribuye a la reaparición del cáncer.

Recomendaciones dietéticas preventivas

Es imprescindible mantener una dieta variada y equilibrada siguiendo el patrón de dieta mediterránea en el que el consumo de carne procesada y de carne roja es ocasional, es decir, tan sólo una o dos veces por semana. Se recomienda tomar dos raciones de verduras y hortalizas al día y que al menos una de ellas sea en crudo, para poder mantener sus propiedades intactas. También es aconsejable el consumo de entre dos y tres piezas de fruta al día, preferentemente de temporada que es el momento en el que los frutos están en su situación óptima para el consumo.

Las preparaciones culinarias sencillas (en crudo o a bajas temperatura) mantienen mejor las propiedades de los alimentos, especialmente vitaminas y antioxidantes.

En resumen, el patrón de dieta mediterránea con un bajo consumo de grasas saturadas y alto contenido en sustancias antioxidantes contribuye a la prevención del cáncer de mama y de otros tipos de cáncer.

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