Ahora que estás recuperando tus rutinas después del confinamiento, puede que sientas sobre tu cuerpo los efectos de haber disminuido la actividad física diaria. Esto es más notable en los ancianos, quienes tienen además el riesgo de sufrir el síndrome de fragilidad, que es un estado fisiológico de mayor vulnerabilidad que también disminuye la probabilidad de recuperarse de las enfermedades.

Hemos contactado con el doctor José Alejandro Medina García, jefe del servicio de Medicina Interna del Hospital Quirónsalud TenerifeEste enlace se abrirá en una ventana nueva, para que nos hable del impacto del sedentarismo en la salud, tanto de los mayores como de las personas en edad laboral. Además, nos indica cómo recuperar nuestra rutina, poco a poco.

El impacto del sedentarismo en ancianos

El hecho de haber permanecido tantos días sin realizar ninguna actividad física ha podido causar una pérdida de masa muscular, en concreto, un 10% de ella.

Esta debilidad es más perjudicial para las personas de edad avanzada, puesto que provoca:

El síndrome de fragilidad

  • Un mayor riesgo a sufrir fracturas.
  • Una respuesta más débil del organismo, por ejemplo, frente a las infecciones.

Efectos del confinamiento en personas en edad laboral

Como en el caso de los ancianos, el incremento del sedentarismo también puede tener efectos negativos en las personas en edad laboral.

En la mayoría de casos se han interrumpido los horarios y las rutinas saludables que se realizaban antes de la alerta sanitaria, como, por ejemplo, la práctica de ejercicio físico.

Todo ello afecta a la salud y, además, incrementa las posibilidades de una acumulación del daño vascular y en el aparato locomotor.

Mayor riesgo de sufrir enfermedades

Entre el sedentarismo y la morbimortalidad cardiovascular hay una relación dosis-respuesta. Esto significa que cuanto más tiempo se permanece sentado, mayor es la probabilidad de padecer:

  • Un ataque al corazón
  • Un ictus
  • Una isquemia en las extremidades inferiores

Es importante tener en cuenta que, durante este tiempo, se ha sufrido una atrofia y se han perdido costumbres y reflejos. Así que, ahora que se está retomando la actividad, pueden aparecer problemas que no estaban antes del confinamiento. Por ejemplo, una insuficiencia venosa crónica o traumatismos, u otras lesiones que pueden llegar a ser peligrosas, como las fracturas de cadera en los mayores.

Por lo tanto, es vital que se recuperen la actividad física diaria y las rutinas, pero de manera progresiva.

¿Cómo recuperar la actividad en ancianos?

En los casos más leves, deben retomar las rutinas poco a poco para que su forma física vaya recuperándose.

¿Cómo recuperar la actividad en ancianos?

En cambio, en los casos más severos, lo adecuado es consultar con nuestros especialistas, quienes prescribirán los ejercicios que ayuden a devolverles la autonomía y la funcionalidad. Entre estos cuadros graves, encontramos aquellas personas que no pueden levantarse del sillón fácilmente, o que son incapaces de caminar 4 metros en menos de 10 segundos.

Nutrición pautada y cuidada

Además del entrenamiento, es necesario planificar una nutrición adecuada, teniendo en cuenta que, en muchos casos, esto también se ha trastocado con motivo de la alerta sanitaria por el coronavirus.

Esta planificación nutricional debe incluir una buena hidratación y evitar alimentos procesados.

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