En la madrugada del sábado 29 al domingo 30 de octubre todos hemos atrasado los relojes una hora. A las tres de la madrugada volvieron a ser las dos, y por eso pudimos dormir una hora más. Para conocer más sobre el tema y sobre cómo nos afecta este cambio horario, hemos consultado a nuestro experto, el doctor Juan Antonio Pareja Grande, responsable de la Unidad del Sueño del Hospital Universitario Quirónsalud MadridEste enlace se abrirá en una ventana nueva.

El cambio de hora, ¿nos afecta a todos por igual?

Efectos del cambio de hora

Aunque potencialmente afecta a todas las personas, los niños y los ancianos son los que tienen más dificultad para adaptarse a los cambios en los horarios. En cualquier caso, generalmente este cambio horario pasa absolutamente desapercibido para la mayoría de las personas.

¿Qué nos recomienda para adaptarnos al cambio horario?

Para hacerlo de manera sencilla, lo mejor es mantener la tendencia natural a acostarse a la hora que uno nota la propensión al sueño y dejar que el organismo se adapte a las nuevas condiciones de luz y oscuridad. Es como si tuviéramos un jet-lag de una hora solamente en vez de seis horas. Es mucho más fácil adaptarse, por lo que en principio no suele ser necesario tomar medidas especiales.

¿Cuáles son los efectos más comunes?

Pueden pasar desde no poder dormirse a la hora deseada, falta de atención, concentración, irritabilidad e, incluso, algunas molestias gástricas. Sí pueden notar una combinación variable de estos síntomas, todo depende de la capacidad de adaptación a las nuevas condiciones y eso es cambiante entre unas personas y otras. Las molestias deben ser transitorias de, como máximo, una semana.

Un caso especial: los trabajadores por turnos

Los trabajadores por turnos tienen de por sí una afectación en los ritmos de vigilia y sueño que no es natural. A los cambios en los horarios debidos al cambio de turno se une la modificación adicional del cambio de hora; por eso pueden notarlo más. En estos casos el trabajador que está de noche debe exponerse a la mayor cantidad de luz posible cuando esté en su jornada laboral nocturna para simular la luz del día y cuando sale del trabajo debe utilizar gafas de sol densas para simular la noche y preparar su domicilio lo más oscuro posible. Si cumple con estas pequeñas normas se favorece bastante el sueño.

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