Roncar mientras dormimos no tiene por qué ser alarmante, siempre y cuando el sonido no vaya acompañado de pausas de respiración repetidas que se alarguen en el tiempo. En ese caso, la persona podría estar sufriendo apnea del sueño, un trastorno respiratorio que provoca interrupciones en la respiración mientras dormimos. Para saber cómo actuar frente a ese problema hemos hablado con María Carmen Hernández García, neumóloga y responsable de la Unidad de Trastornos del Sueño del Hospital Quirónsalud VitoriaEste enlace se abrirá en una ventana nueva, quien nos ha explicado en detalle en qué consiste esta enfermedad y cómo se puede tratar.

¿Qué es y por qué se produce la apnea del sueño?

La persona con apnea tiene pausas de la respiración cuando duerme, que normalmente se producen por un colapso total o parcial en la vía respiratoria superior. Esto provoca que su sistema cerebral se active continuamente para no asfixiarse, por lo que el cerebro no puede descansar durante el período de sueño y la persona se levanta cansada, con un sueño incontrolable y dolor de cabeza. Si esta situación de malestar y falta de descanso se alarga en el tiempo, la persona puede llegar a caer en una depresión.

La apnea del sueño:causas, síntomas y tratamiento

¿Qué otros signos puede presentar el afectado?

Además de los ronquidos y la interrupción de la respiración, pueden tener despertares bruscos por la noche acompañados de la sensación de no poder respirar, pesadillas y necesidad de levantarse frecuentemente para ir a orinar.

En los niños, puede provocar irritabilidad durante el día y falta de concentración en el colegio.

Factores que pueden provocar la apnea

Existen algunas variables que predisponen a su aparición como son:

  • sobrepeso
  • determinadas características faciales como la mandíbula pequeña y hacia atrás
  • tabique nasal desviado
  • amígdalas muy grandes
  • determinadas facciones que provocan estrechez en las vías respiratorias

¿Cómo se diagnostica la apnea?

El método de diagnóstico se trata de una poligrafía o polisomnografía, una prueba que consiste en realizar un estudio del sueño al paciente mientras duerme durante una noche, y en la que se le conectan unos dispositivos para grabar todo lo que le ocurre a nivel respiratorio y cardiológico, y se mide la capacidad de descanso cerebral durante el sueño. Este estudio también permite detectar el grado de severidad del trastorno, es decir, el número de apneas que ocurren cada hora, la duración de estas y la caída del oxígeno en sangre que tiene lugar al dejar de respirar.

¿Cuál es el tratamiento?

Se puede tratar con el CPAP (Presión positiva continua en las vías respiratorias), un dispositivo que el paciente debe colocarse mientras duerme con el fin de detectar los cortes en la respiración y poder así evitarlos. De esta forma la persona puede dormir cómodamente y su cerebro puede descansar, por lo que, con el tiempo, la sensación de fatiga desaparece. Además, con este aparato el paciente deja de roncar.

¿Cómo funciona el CPAP?

Se trata de un dispositivo pequeño que se coloca en la cara mediante una mascarilla, y que utiliza la presión positiva continua del aire para mantener las vías aéreas siempre abiertas, impidiendo que se cierren durante el sueño y se produzcan los episodios de apnea. El tamaño de la mascarilla puede variar en función de las características y necesidades del paciente. En cualquier caso, es fundamental que lo utilice cada vez que vaya a dormir, incluso durante las siestas.

¿Tiene curación la apnea?

Eso dependerá de la causa que origina la apnea y de si es reversible o no. Por ejemplo, en el caso de personas obesas lo normal es que el trastorno desaparezca cuando bajan de peso; si el origen se debe a la presencia de unas amígdalas de gran tamaño, probablemente será necesario extirparlas para que la apnea desaparezca; y en aquellos casos en que su aparición tiene relación con un tabique desviado, también puede desaparecer corrigiendo dicha desviación.

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