La edad no es un obstáculo para viajar. De hecho, los adultos mayores y ancianos también necesitan disfrutar de unas vacaciones saludables y, si son en familia, mucho mejor. Eso sí, es necesario tomar una serie de precauciones, desde la planificación al propio viaje.

Para evitar percances con nuestros mayores, hemos contactado con la doctora Nieves Fernández Letamendi, especialista en Geriatría del Hospital Quirónsalud ZaragozaEste enlace se abrirá en una ventana nueva, quien nos ayuda a planificar unas vacaciones seguras y tranquilas para toda la familia.

6 cosas que debes meter en la maleta

Hay que añadir:

  1. Medicación. Antes del viaje debemos preparar los medicamentos pautados por el médico, calculando la cantidad que se va a necesitar para todas las vacaciones, incluyendo un poco más por si se pierde algún comprimido. De esta manera, aseguramos que pueda continuar con el tratamiento.
  2. Informe actualizado. En él se deben incluir los antecedentes del familiar. También es importante saber dónde se encuentra el centro de atención sanitaria próximo a nuestro alojamiento.
  3. Pañales, compresas o colector. Si nuestro familiar sufre pérdidas de orina, es conveniente ser previsor.
  4. Consejos para viajar con mayores o personas con demencia
    Calzado adecuado.
    No recomendamos el uso de zapatos destalonados en personas mayores, o, en caso de utilizarlos, deben tener sujeción en el tobillo y el antepié. Asimismo, para realizar caminatas por el monte, lo mejor es que usen zapatos cerrados y adaptados. Y si detectamos cualquier herida, debemos consultarlo con el especialista.
  5. Gorras o viseras, gafas de sol y crema solar. Son esenciales para proteger a los mayores de la exposición solar. Además, hay que evitar exponerse al sol entre el mediodía y las 6 de la tarde.
  6. Objeto con el que está familiarizado. En el caso de viajar con un adulto mayor con deterioro cognitivo o demencia, es aconsejable llevar un elemento que forme parte de su rutina, como un cojín, una colcha o una foto que esté habitualmente en el salón.

Cómo viajar con un adulto mayor en coche, tren o avión

Si nos desplazamos en coche, no hay que olvidarse de parar cada hora u hora y media para descansar y mover las piernas. También podemos aprovechar para comer algo e hidratarnos. Esto es especialmente importante si el conductor es un adulto mayor, o si está diagnosticado de diabetes o problemas circulatorios.

Igualmente, podemos viajar en coche con familiares con deterioro cognitivo o demencia, siempre que vayan acompañados de otra persona, aparte del conductor.

En cuanto a los viajes en avión o tren, hay que valorar las distancias y el exceso de peso. Una vez en el aeropuerto o la estación, se puede solicitar una silla de ruedas o asistencia. Si se trata de un caso avanzado de deterioro cognitivo o demencia, es preferible evitar los desplazamientos en estos medios de transporte, ya que no están habituados a ello.

Claves para unas vacaciones saludables con un adulto mayor

Las vacaciones son un momento para disfrutar, desconectar y relajarse. Sin embargo, las personas mayores pueden sentir ansiedad con el viaje. Para prevenirlo, la principal medida es organizar y preparar todo con antelación.

Además, su opinión es fundamental a la hora de planificar las vacaciones. Por lo tanto, hay que preguntarles, en lugar de dar por hecho lo que quieren. Si somos flexibles y nos adaptamos, conseguiremos disfrutar de las vacaciones en familia.

Otra recomendación es encargarnos de las gestiones complicadas, como el alojamiento o el vuelo, así como conducir por ellos si no están familiarizados con el trayecto. Muchos lo agradecerán.

Por otro lado, durante las vacaciones, hay que cuidar la alimentación y evitar el consumo de alcohol que pueden causar trastornos en enfermedades como diabetes, hipertensión o insuficiencia cardiaca. En la misma línea, una correcta hidratación permite afrontar las altas temperaturas y sus efectos en el sueño y el apetito.

¿Y si nuestro padre o familiar tiene demencia o deterioro cognitivo?

Además de las recomendaciones generales, hay que continuar con la rutina durante las vacaciones, sobre todo en alimentación, descanso y actividad. En especial hay que prestar atención a la hidratación, la dieta, el ritmo de las deposiciones y el sueño.

Durante las vacaciones, para que se sienta seguro, podemos contarle todo lo que hará en cada momento. En cualquier caso, es importante ser flexible en el viaje y las actividades planificadas, ya que de ello y de la fase de la enfermedad depende el éxito de las vacaciones.

Otro consejo para viajar con un adulto con demencia es adaptarse a su ritmo, que probablemente no es tan rápido. Si presenta problemas de memoria, es conveniente acompañarle siempre, incluso cuando va al aseo, especialmente en sitios nuevos donde puede desorientarse con facilidad. Sobre esto último, también puede resultar útil identificarlo con pulseras o medallas que indiquen un teléfono de contacto, o con sistemas de geolocalización, como el móvil o el reloj.

Por la noche, recordemos dejar algo de luz por si necesita levantarse al aseo.

Dónde se recomienda viajar con un adulto con demencia

Recomendamos tener en cuenta estas pautas:

  • Elegir un destino cerca de casa. Es conveniente planificar un viaje a lugares próximos para que sea fácil volver en caso de que el adulto mayor con demencia no consiga adaptarse.
  • Viajar a un sitio que forme parte del pasado del adulto con demencia. Además de proporcionales seguridad, disminuye la probabilidad de sufrir desorientación o trastornos de conducta.
  • Descartar lugares con barreras arquitectónicas.
  • Visitar zonas tranquilas para prevenir sobresaltos o un exceso de estimulación.

Abuelo y nieto, pescando

Actividades para entretenerse en familia

Generalmente, los juegos en familia ayudan a desarrollar la concentración, el cálculo o la abstracción. Por ejemplo, las cartas y el parchís son buenas opciones para entretenerse e incluir a los mayores.

Jugar con los nietos también resulta muy positivo para los pacientes con demencia o deterioro cognitivo, aunque hay que evitar que se estimulen o se agoten en exceso. Por ello, es importante estar atentos, así como explicar a los menores la situación.

Otras actividades muy positivas para mayores con deterioro cognitivo son las de reminiscencia, como visitar lugares conocidos, ver fotos o pasear en familia.

La importancia de las vacaciones para los cuidadores

Las personas que cuidan a los mayores necesitan descansar y desconectar, por lo que deben tener el apoyo de otros miembros de la familia, amigos o cuidadores contratados que conozcan la situación. Esto permite que puedan realizar una actividad diferente si así lo desean, dejando al anciano bien atendido. Conseguir esta complicidad proporciona tranquilidad a todos.

En la medida de lo posible, es recomendable evitar los cambios frecuentes de casa. Por eso, cuando el anciano pasa temporadas con cada hijo, lo más adecuado es hacer el cambio cada 2 semanas, en lugar de cada semana.

En casos avanzados de demencia o deterioro cognitivo, los viajes están desaconsejados. Pero también es cierto que el cuidador sufre una gran sobrecarga, por lo que hay que cuidar su salud y facilitarle unos días de desconexión y descanso.

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