8 consejos para lucir unos pies sanos y bonitos este verano
Te explicamos cómo cuidar tus pies en verano y te damos las claves para elegir el mejor calzado
Ha llegado el momento de guardar en el armario las botas y el calzado de invierno para dar la bienvenida a las sandalias y los zapatos más abiertos y frescos para nuestros pies.
Al igual que ocurre en otoño, nuestros pies se pueden resentir con el cambio de calzado y de temperatura. Además, en verano necesitan un especial mimo, ya que están expuestos al calor, al sol y otros factores externos que pueden agrietarlos, secarlos e incluso provocar ampollas, rozaduras o quemaduras solares.
A esto se añade el riesgo de sufrir el pie de atleta, que es la infección de hongos típica de todos los veranos, motivada por esos paseos en la piscina sin la prevención adecuada.
Para tener unos pies bonitos y sanos, la doctora Beatriz Torcida Rodríguez, responsable de Podología del Hospital Quirónsalud Tenerife, nos destaca que, igual que hacemos con el resto del cuerpo, con los pies debemos seguir unas pautas de higiene, hidratarlos a diario y protegerlos del sol. Sin olvidar lo importante que es llevar un buen calzado para verano, lo que nos ayuda a evitar los molestos dolores de pies, entre otros problemas.
Toma nota de cómo cuidar los pies en verano.
1. Limpiar y secar los pies
Los pies, como el resto del cuerpo, merecen los mismos cuidados de higiene; y, después de la ducha, debemos secarlos muy bien, poniendo atención en que no quede humedad entre los huecos de los dedos. Hay que tener en cuenta que la acumulación de humedad en los pies podría favorecer la aparición de hongos o el llamado "pie de atleta".
2. Aliviar los pies hinchados con una ducha fría
El calor puede hacer que se hinchen los pies a algunas personas. Si sufres esta dolencia en verano, las duchas frías junto al descanso te ayudarán a sentirte mejor.
Otro dolor de pies muy frecuente en verano es el causado por la fascitis plantar. En estos casos, puedes masajear la planta de los pies, desde el talón a la base de los dedos, además de aplicar otras medidas para aliviar esta molestia.
3. Hidratación diaria de los pies antes de dormir
Hidratamos la cara y el cuerpo, ¿por qué no incluir también los pies? Cuando pasas de un calzado cerrado a otro abierto, el talón seco o las grietas en la planta del pie pueden hacer que no se vean tan bonitos y sanos. Para evitarlo, después de limpiar y secar los pies, es importante hidratarlos cada día.
Hay que diferenciar entre la piel de la planta del pie y el dorso. En este sentido, la doctora nos explica que "mientras que la piel del dorso del pie es similar a la del resto del cuerpo, la de la planta es más espesa y resistente. Esta particularidad hace que debamos utilizar productos específicos para su cuidado".
Por lo tanto, durante los meses de calor, las cremas hidratantes con urea son las más adecuadas para cuidar los pies en verano. Sobre estos productos, la doctora nos destaca que ayudan a prevenir las grietas en los pies, sobre todo en las zonas más secas como los talones. La urea es un queratolítico, que es una sustancia que favorece la renovación de la piel, haciendo que se desprenda y, por tanto, la hidratación sea más eficiente.
4. Usar protector solar
Cada vez tenemos más interiorizada la importancia de proteger la cara, el escote y el cuerpo de los rayos del sol. Sin embargo, los pies siguen siendo los grandes olvidados en la fotoprotección. Por eso, la doctora insiste en que es fundamental proteger los pies del sol: "Es común que se aplique la crema fotoprotectora sólo hasta el tobillo olvidando los pies, sin tener en cuenta que los empeines, que están en línea perpendicular con los rayos del sol, son muy propensos a sufrir quemaduras".
5. Elegir un buen calzado para el verano
No puede faltar el uso de un calzado adecuado para cuidar los pies del sudor y de posibles accidentes o molestias. En la época estival, la podóloga nos recomienda optar por zapatos transpirables, ya que previenen el exceso de sudoración, y que además tengan una buena sujeción, sobre todo en el tobillo y talón.
También hay que prestar atención a las características de la suela, tal como señala la doctora: "Debe tener una suela de entre 2 y 5 centímetros, y que proteja la planta de los pies con un material blando y cómodo, pero rígido a la flexión. Así favorecerá un movimiento relajado del pie en balancín en cada paso".
Si debes usar calzado cerrado, la especialista puntualiza que "es imprescindible acompañarlo con el uso de calcetines de materiales naturales, como el algodón o el hilo, que ayudan a la termorregulación del pie".
6. Evitar el uso de chanclas
Este calzado es uno de los más utilizados en verano, pero sus características pueden agravar la fascitis y otros problemas en los pies. La podóloga lo advierte así: "Este tipo de calzado empeora ciertas lesiones como la fascitis, los esguinces o las metatarsalgias". Por eso, el consejo de nuestra especialista es limitar el uso de las chanclas a las zonas comunes de la piscina o los baños, donde sí son recomendadas para prevenir infecciones.
7. Prestar atención a los pies más delicados
Las personas con diabetes merecen un cuidado especial de los pies. La doctora nos indica que esta enfermedad puede provocar una pérdida de sensibilidad en los pies, por lo que es necesario permanecer atentos a posibles rozaduras o heridas, ya que pueden sufrirlas sin percatarse de ello. Su detección es vital para prevenir la aparición de úlceras, que son más difíciles de tratar.
8. Acudir a consulta
Si detectamos cualquier indicio de hongos, como picor, amarilleamiento o engrosamiento de las uñas, es conveniente acudir al especialista en Podología para su valoración. Esto, además, ayuda a frenar el contagio a otras personas. Sobre este punto, la especialista nos aclara que "el podólogo aplicará el tratamiento adecuado en función del problema de que se trate, ya sean técnicas de quiropodia para callos y durezas, productos antitranspirantes para combatir el exceso de sudoración y el mal olor de los pies, o plantillas que ayuden a atenuar la deformidad y el dolor".
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