Más allá de la gripe y el resfriado, existen otras enfermedades relacionadas con la llegada del frío y el invierno. A esto se añade el cambio de rutina que se produce en Navidad, que puede afectar a la piel, las alergias y la salud mental, entre otros.

Entre los efectos del frío en la salud se encuentran:

  • La depresión. La disminución de horas de luz durante el día puede provocar un bajo estado de ánimo, así como un incremento de los episodios depresivos. Igualmente, el inicio del invierno coincide con la época navideña, que, en algunas personas, supone un periodo muy estresante. Conoce todos los detalles.
  • Psoriasis y otros problemas en la piel. Es importante extremar los cuidados de la piel frente al frío, y más si se padece alguna afección cutánea, como la psoriasis y la dermatitis. Toma nota de los consejos de nuestros especialistas para proteger tu piel del frío, la calefacción y los cambios de alimentación.
  • Riesgo de caídas. Los mayores pueden sufrir más caídas en invierno debido a las lluvias y las heladas. Igualmente, la práctica de deportes a los que no se está tan habituado puede conllevar riesgo de lesionarse. Te explicamos cuáles son las lesiones más comunes en invierno y cómo prevenirlas.
  • Alergias de invierno. Aunque siempre se asocia la alergia con la primavera, existen otros factores ambientales que pueden causar reacciones alérgicas en invierno. Asimismo, hay que poner especial atención a los niños alérgicos a determinados alimentos que pueden ser típicos de Navidad, como los frutos secos y el marisco. Te ayudamos a identificar las alergias más habituales y otras recomendaciones.
  • Infarto, angina de pecho y otras secuelas en el corazón. El frío actúa como un vasoconstrictor estrechando las arterias, y esto puede incrementar el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Te contamos cómo afecta el frío al corazón y te ofrecemos las pautas para cuidarte frente a las bajas temperaturas.
  • Infecciones víricas. Si el calor ayuda a eliminar los virus, en invierno ocurre todo lo contrario; además el frío puede originar una inflamación en la garganta que favorece la entrada de los virus. Descubre cuáles son las infecciones víricas más comunes, además del resfriado y la gripe, y cómo podemos prevenirlas.

Cuidados básicos frente al frío

En general, nuestros especialistas nos recomiendan:

  • Quedarse en casa durante las franjas del día más frías, como las primeras horas de la mañana y las últimas de la noche.
  • Abrigarse correctamente al salir de casa para protegerse de las infecciones.
  • Usar gorro, guantes y bufanda, así como elegir zapatos y abrigos impermeables.
  • ¡Atención a la deshidratación! Con el calor es más fácil acordarse de beber agua, pero esto cambia totalmente con las bajas temperaturas. Sin embargo, es igual de importante beber abundante agua en invierno para evitar la deshidratación.
  • Incluir frutas repletas de vitaminas, como la naranja y el kiwi, que además están riquísimas.
  • Utilizar bastones y andadores, si es necesario, para disminuir el riesgo de caídas a causa del asfalto mojado o frío.
  • Respirar por la boca y la nariz.
  • Mantener la calefacción a un nivel adecuado.

¡Ojo con los mayores y los efectos del frío!

Hay que poner especial atención a las personas de edad avanzada y, aún más, si padecen alguna enfermedad crónica, ya que pueden empeorar con el frío. También pueden ser más graves las infecciones respiratorias, tal como nos recuerda el doctor Javier Satorres Rosas, jefe del servicio de Medicina Interna del Hospital Quirónsalud TorreviejaEste enlace se abrirá en una ventana nueva: "Las infecciones respiratorias pueden causar de forma directa pulmonías u otros cuadros graves". E incluso, de manera indirecta, "pueden llegar a desestabilizar y empeorar las enfermedades previas", apunta.

Asimismo, si el anciano pierde autonomía, lo más adecuado es contactar con los especialistas. Si además está diagnosticado con alguna enfermedad cardiaca, se debe acudir a consulta en caso de detectar problemas respiratorios y aumento de la fatiga, hinchazón de pies y piernas y una menor cantidad de orina durante el día, entre otros signos.

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