Los resfriados y las gripes no faltan en las consultas durante los meses de invierno, y es que forman parte de las infecciones víricas más comunes, aunque no son las únicas. En esta línea, el doctor Daniel Ruiz Díaz, especialista en Pediatría del Hospital Quirónsalud CórdobaEste enlace se abrirá en una ventana nueva, nos indica que "las infecciones respiratorias suponen en invierno más de un tercio de las consultas pediátricas en atención primaria y urgencias, y provocan numerosos ingresos en esta época del año".

Hay que tener en cuenta que el frío aumenta el riesgo de sufrir una infección respiratoria, ya que puede causar una inflamación en la garganta, que proporciona un ambiente idóneo para los gérmenes y el inicio de la infección.

Conoce las infecciones invernales más habituales, qué factores motivan su desarrollo en los niños y cómo prevenirlas en casa.

8 enfermedades frecuentes en invierno

  1. Resfriado común, originado por virus respiratorios que producen una inflamación en la garganta y la zona nasal. Es importante tratar bien los catarros para evitar que deriven en enfermedades más graves, como la bronquiolitis, la bronquitis y la neumonía. Entre los síntomas clave del catarro se encuentran la congestión de nariz, las molestias en la faringe, los estornudos, los mocos y la irritación ocular. En ocasiones, también puede aparecer fiebre, pero de forma más leve que en la gripe.Las infecciones más virales en invierno y su prevenciónLas infecciones más virales en invierno y su prevención
  2. Gripe, originada por el virus de la influenza. Esta infección vírica es la más común de otoño-invierno, por lo que se recomienda vacunar a las personas más vulnerables como medida preventiva. La gripe causa síntomas muy parecidos a los del resfriado y la Covid-19, como mocos y tos. La principal diferencia es que suele provocar fiebre alta y molestia muscular, que son menos frecuentes en el resfriado, y además aparece de forma más abrupta que la Covid-19.
  3. Covid-19, desarrollada por el coronavirus SARS-CoV-2. Se manifiesta a través de síntomas muy variados, que pueden dificultar su diagnóstico, como fiebre, tos, mucosidad, dolor de garganta, dolor muscular, pérdida del olfato y el gusto y diarrea, entre otros. Ante estos indicios, es importante su detección precoz para evitar otros contagios en la familia.
  4. Bronquiolitis, debido al Virus Respiratorio Sincitial o VRS. Esta infección vírica produce una inflamación en las vías respiratorias inferiores y cursa con más gravedad en los menores de un año. En concreto, se identifica por su característica tos y los problemas respiratorios que ocasiona debido a la segregación de moco. Otros indicios de esta infección viral pueden ser los burbujeos y pitidos que se sienten al respirar, los movimientos de las costillas y la falta de apetito. Es vital estar atento a su evolución, puesto que "puede conllevar ingresos por la dificultad respiratoria que causa", según apunta el doctor Ruiz, quien remarca que "es importante que los padres vigilen a los pequeños con catarro para detectar cuanto antes dicha infección".
  5. Laringitis. También es una de las infecciones respiratorias habituales en los meses de invierno, e incluso sus síntomas, como la tos seca, los problemas respiratorios y los ruidos al respirar, pueden ser similares a los de la bronquiolitis. Sin embargo, se diferencia en que afecta a la laringe, es decir, a las vías respiratorias altas, causando ahí su inflamación. El doctor José Casas Rivero, pediatra del Hospital Ruber InternacionalEste enlace se abrirá en una ventana nueva, nos destaca que esta enfermedad respiratoria ocurre con mayor frecuencia durante los meses más fríos y, en general, se detecta en edades pediátricas, de los seis meses a los seis años.
  6. Bronquitis. Es una infección respiratoria generalmente de origen vírico, que causa problemas respiratorios, fiebre y broncoespasmo debido al estrechamiento de los bronquios. También se caracteriza por provocar tos bronquial, que se diferencia de la tos faríngea del catarro.
  7. Amigdalitis de origen vírico o bacteriano. Se trata de una infección de la garganta que puede producirse de manera repetida, llegando a recomendarse la extracción de las amígdalas en ciertos casos. La amigdalitis causa pus en las amígdalas y fiebre, entre otros síntomas. Dependiendo de su origen, se puede prescribir el uso de antibióticos.
  8. Neumonía. Esta infección del pulmón puede ser de origen bacteriano, vírico o fúngico, y provoca la acumulación de líquido y otras secreciones en el alveolo. Es importante poner especial precaución en las personas más vulnerables, como niños o personas con EPOC, la enfermedad obstructiva pulmonar.

Por qué los virus afectan más a los niños

Desde el proyecto Kenko, la página web especializada de Pediatría de QuirónsaludEste enlace se abrirá en una ventana nueva, nos destacan los siguientes factores que pueden favorecer el desarrollo de las enfermedades invernales en los niños:

  • Tienen un sistema inmunológico con menos madurez que el de los adultos, por lo que presentan una mayor vulnerabilidad frente a los cambios del clima.
  • Contraen más fácilmente las infecciones debido a que respiran a través de la boca en lugar de hacerlo por la nariz.
  • Utilizan las manos para jugar e incluso pueden llevárselas a la boca, lo que puede hacer que entren en contacto con gotas infectadas que se expulsan al hablar, toser o estornudar.
  • El frío deteriora la barrera protectora de la nariz, afectando especialmente a los cilios y las mucosas nasales, lo que permite la entrada de microorganismos.
  • En invierno, la influenza y otros virus resisten al frío y, por tanto, siguen contagiando.

Medidas para prevenir las infecciones respiratorias

Para protegernos de las enfermedades este invierno, nuestros especialistas en Pediatría nos proponen a través de Kenko seguir estas pautas en familia:

  1. En la calle, abrígate bien. Eso sí, en el interior, no hace falta que te mantengas tan abrigado, puesto que esto podría hacerte sudar.
  2. No acudas con recién nacidos a lugares con grandes aglomeraciones, como centros comerciales, para prevenir contagios.
  3. Evita fumar cerca de los niños, así como exponerlos al humo del tabaco, ya que esto es muy perjudicial para ellos.
  4. Mantén una correcta higiene de manos usando agua y jabón o gel hidroalcohólico.
  5. Incorpora alimentos que contienen vitaminas A y C para ayudar a fortalecer el sistema inmunológico. Estas vitaminas puedes ingerirlas a través de frutas, como naranjas, limones, limas y mandarinas, y de verduras de hoja verde oscura.
  6. Recuerda ventilar las habitaciones cada día para que el aire se renueve.
  7. Bebe suficiente agua y líquidos. Así las fosas nasales no se resecarán.
  8. Usa la mascarilla en lugares concurridos y cerrados.
  9. Favorece la lactancia materna, puesto que ayuda a proteger al menor de la bronquiolitis. Otra medida orientada a la prevención de esta infección consiste en tener un menor contacto con niños más mayores que van a la guardería o al colegio.
  10. Evita el contacto con personas enfermas.
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