Por qué dormimos peor después de los 65 años
Los problemas para dormir pueden aparecer con la edad. Conoce las consecuencias y las pautas para su prevención
Dificultad para dormir, despertares en mitad de la noche y sentir sueño por el día. ¿Te suenan estos trastornos del sueño? Su frecuencia es mayor con la edad, después de los 65 años, por varias razones, desde hábitos diarios a enfermedades.
Para saber por qué las personas mayores duermen peor, hemos acudido a la consulta de la doctora Nieves Fernández Letamendi, especialista en Geriatría del Hospital Quirónsalud Zaragoza, quien además nos indica las 14 reglas para un buen descanso tras los 65 años.
Trastornos del sueño después de los 65 años
Los problemas para dormir son muy habituales en la consulta de Geriatría. De hecho, se estima que el 50% de la población de más de 65 años presenta algún trastorno del sueño. Entre los más habituales se encuentran la somnolencia diurna, la dificultad para empezar el sueño o para mantenerlo toda la noche.
Por qué duermen peor las personas mayores de 65 años
Existen varios factores que pueden alterar el sueño en el adulto mayor. Una de las causas más comunes son los malos hábitos para el descanso que, como resultado, deterioran la higiene del sueño.
Igualmente, los problemas para adaptarse a nuevas situaciones de la vida, como la jubilación, la viudedad o ingresos hospitalarios, también pueden afectar.
Por otro lado, los trastornos del sueño pueden estar relacionados con ciertas enfermedades, entre las que se encuentran la insuficiencia cardiaca, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica o EPOC, la apnea del sueño, el síndrome de las piernas inquietas, la demencia, el dolor, el cáncer, la depresión y la diabetes.
Otro motivo por el que los mayores duermen peor puede ser la toma de ciertos fármacos, incluso los de naturopatía, así como el problema de la automedicación.
Qué pasa si dormimos mal
Los trastornos del sueño afectan a la calidad de vida de forma más o menos grave.
Otras consecuencias de no dormir bien pueden ser:
- Fatiga durante el día
- Bajo estado de ánimo
- Irritabilidad
- Mayor riesgo de caídas
- Incremento de mortalidad, según señalan algunos estudios
- Se relaciona con la depresión y el deterioro cognitivo
Cómo dormir bien después de los 65 años
En general, el tratamiento consiste en incorporar una serie de medidas de higiene del sueño, que, en ocasiones, se acompañan con la toma de medicación, siempre pautada por un especialista.
Las 14 medidas para dormir mejor son:
- No beber demasiados líquidos por la tarde.
- No consumir cafeína o teína después del mediodía.
- No beber alcohol ni fumar desde horas antes de acostarse.
- Establecer una hora para ir a la cama y también para levantarse, incluso los fines de semana y festivos.
- Utilizar la cama solo para dormir, y evitar otras actividades, como ver la televisión, escuchar la radio, hablar por teléfono o comer.
- Estar en la cama el tiempo suficiente.
- Evitar las siestas, o que duren menos de media hora.
- Pasear como mínimo una hora al día con luz solar y, al menos, tres horas antes de acostarse en la cama.
- Mantener unas buenas condiciones ambientales en la habitación, como la temperatura, la ventilación, la luz y los ruidos.
- Realizar ejercicios de respiración lenta y relajada antes ir a la cama también es beneficioso para dormir mejor.
- Evitar cenas abundantes.
- No ir a la cama con hambre.
- No usar el ordenador desde dos horas antes de ir a la cama.
- Levantarse de la cama y hacer algo relajante, como leer o beber un vaso de leche, en caso de no conciliar el sueño en media hora. Y regresar a la cama en cuanto se comience a sentir sueño de nuevo.
¡Ojo con las pastillas para dormir!
Antes de prescribir fármacos, necesitamos realizar la historia clínica, conociendo las características personales. Esto nos permite pautar un tratamiento médico de forma personalizada. Aunque suele ser muy eficaz, existen limitaciones que se deben conocer y consensuar con el paciente y su familia, teniendo en cuenta pros y contras.
Trastornos del sueño: cuándo acudir al médico
Hay diferentes trastornos del sueño y, dependiendo de cuál se trate, necesitará un enfoque y un tratamiento distintos. Otro punto a tener en cuenta es que estos problemas para dormir suelen cronificarse, lo que hace más difícil obtener resultados del tratamiento.
Por lo tanto, si continúan los problemas para dormir durante más de dos semanas, incluso después de seguir buenos hábitos, es conveniente acudir a un especialista para su valoración. Así podemos evaluar cada caso, conocer el trastorno del sueño y pautar el tratamiento y las medidas necesarias.
A la hora de valorar cada caso, tenemos en cuenta su estado general, los medicamentos que toma, la polimedicación y la interacción con otros fármacos, entre otra información importante.
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