¿Se pueden curar la gripe o el resfriado común con la toma de antibióticos? No, se trata de una falsa creencia que, en muchas ocasiones, motiva el uso inadecuado de estos fármacos. Si el resfriado afecta a los niños, la preocupación aumenta si aparece fiebre o mocos verdes.

Por otro lado, respecto a cómo administrar los antibióticos, con frecuencia se desconoce que la alimentación puede ser una gran aliada en el tratamiento. En este sentido, hay que tener en cuenta que los antibióticos no solo eliminan las bacterias causantes de las infecciones, sino que también pueden destruir otras beneficiosas para el organismo, como las presentes en la flora intestinal. Así que, para protegerla, se deben incluir determinados alimentos en la dieta.

Sal de dudas y conoce cuándo debes tomar los antibióticos y qué alimentos te ayudan en el proceso.

La importancia de diferenciar gripe y resfriado en niños

Tanto la gripe como el catarro están causados por virus que dañan la mucosa respiratoria. Por eso, ambas enfermedades coinciden en algunos de sus síntomas, haciendo que sea complicado diferenciarlas. La doctora Clara Requena Benito, pediatra del Hospital Quirónsalud ValenciaEste enlace se abrirá en una ventana nueva, matiza que "al final serán la evolución del proceso, su intensidad y el conjunto global de los síntomas los que nos ayudarán a diferenciar entre gripe y resfriado".

Cómo identificar gripe y catarro en niños

Ten en cuenta estas claves para diferenciar estas infecciones víricas:

Antibióticos para gripe y resfriado, ¿sí o no?Antibióticos para gripe y resfriado, ¿sí o no?

  1. La duración es más prolongada en la gripe, que puede permanecer durante semanas, mientras que el catarro solo se mantiene unos días.
  2. La fiebre es moderada o alta en la gripe, en cambio no suele producirse en los resfriados y, cuando aparece, ocurre de manera leve.
  3. Los efectos no respiratorios de la gripe, como dolor muscular, cansancio, debilidad, dolor de cabeza o cefalea y diarrea, no aparecen en los resfriados.
  4. Los problemas respiratorios son más intensos en los resfriados, por ejemplo, congestión, tos, mocos y estornudos.
  5. Los diferentes tipos de tos. Esta parece más seca en los procesos gripales, mientras que en el catarro es húmeda o de mucosidad.
  6. La incubación es más rápida en la gripe, de 18 a 36 horas, en comparación con el periodo de incubación del resfriado, de 48 a 72 horas.

Mi hijo está resfriado, ¿es aconsejable tomar antibióticos?

No. Tal como señala nuestra pediatra, "no es recomendable que los niños tomen antibiótico cuando están resfriados".

La razón es que los antibióticos no sirven para eliminar los virus que causan la gripe y el catarro. De hecho, se trata de medicamentos utilizados para tratar las infecciones provocadas por las bacterias, y no por los virus. Acerca de ello, nuestra doctora nos señala que "los resfriados o nasofaringitis aguda están causados en su totalidad por los diferentes virus respiratorios y, como buena infección que son, pueden causar fiebre, garganta roja, malestar general, dolor de cabeza, etcétera".

Por lo tanto, el uso de antibióticos no es eficaz para la gripe y el resfriado, porque no están diseñados para ello. Es más, nuestra doctora destaca que "administrar un antibiótico a una enfermedad vírica ni la cura, ni acorta el proceso, ni previene la aparición de futuras complicaciones".

El tratamiento de la gripe y el resfriado se debe centrar en aliviar sus efectos. Por eso, nuestra doctora nos indica que "solo podremos tomar analgésico y antitérmicos para el malestar y la fiebre, antihistamínicos para la congestión, entre otros, y sobre todo, tener paciencia, dejando que la enfermedad siga su curso natural".

Además, hay que tener en cuenta que, si se abusa de los antibióticos, las bacterias del organismo pueden acabar generando resistencias a estos medicamentos. "Esto generaría que, cuando de verdad nos hagan falta, no hicieran el efecto pleno esperado", concluye nuestra doctora.

Cuándo está indicado el uso de antibiótico

Siempre y cuando esté pautado por nuestro doctor, tal como remarca nuestra pediatra: "Los antibióticos solo deben tomarse bajo prescripción médica y solo cuando de verdad estén indicados, bien porque la patología sea de origen bacteriano o bien haya aparecido algún tipo de complicación o sobreinfección bacteriana".

Esta puntualización hace referencia a que, normalmente, el resfriado se resuelve por sí solo, pero existen casos en los que se produce una sobreinfección bacteriana, como una otitis o una neumonía, y esto podría requerir el uso de antibióticos.

¿Y en caso de fiebre?

Es uno de los síntomas habituales de la gripe, que incluso puede alcanzar los 39-40º, y también puede aparecer de manera más leve en el resfriado. Sin embargo, esto no es suficiente razón para administrar antibióticos. En este sentido, nuestra doctora nos avisa que "esto nos lleva a desmentir un mito muy común, la presencia de la fiebre, o lo alta que sea, no indica necesariamente una causa bacteriana, ya que los virus también la producen".

Antibióticos y alimentos: ¡combínalos de manera saludable!

¿Sabías que la dieta puede ser una aliada durante el tratamiento antibiótico? Si nos han pautado estos fármacos, nuestra doctora nos aconseja incluir ciertos alimentos y evitar otros, para que nuestro organismo se recupere antes, se favorezca el tratamiento y disminuya su repercusión en el organismo. Te damos ideas para acertar con la alimentación.

Alimentos aconsejados con los antibióticos

Elige alimentos ricos en:

  • Probióticos: Sobre todo fermentados, como el yogur, el kéfir y el queso, entre otros. Nuestra doctora añade que "también pueden ingerirse en suplementos de farmacia".
  • Prebióticos o fructooligosacáridos. Se encuentran en el ajo, la cebolla, el puerro, los espárragos, las alcachofas, los tomates, los plátanos, las ciruelas y las manzanas, y lo mejor de todo es que son el alimento de las bacterias beneficiosas.
  • Almidón resistente. También sirve de alimento para las bacterias y se encuentra en las legumbres, semillas, avena, plátano verde y yuca.
  • Vitamina K. La pérdida de la flora intestinal hace que se produzca menos cantidad de esta vitamina. Por eso, se deben consumir verduras de hoja verde, brócoli, coles de Bruselas y soja, entre otros alimentos.
  • Fibra. Se encuentra sobre todo en cereales integrales y legumbres. Nuestra doctora nos recomienda incluir alimentos con fibra "al finalizar el tratamiento para ayudar a nuestro intestino a recuperar el equilibrio y favorecer el crecimiento de nuevo de las bacterias beneficiosas".

Atención a estos alimentos mientras tomas antibióticos

En general, se debe tomar precauciones con estos alimentos:

  • Cítricos y otros alimentos ácidos. Pueden hacer que el antibiótico no sea tan eficaz debido a la acidez que contienen. Por eso, lo mejor es evitar la naranja, el pomelo, el tomate, el chocolate y las bebidas carbonatadas, entre otros alimentos ácidos. En esta línea, nuestra doctora nos aconseja ser especialmente precavidos con el pomelo, puesto que "contiene una sustancia capaz de impedir la descomposición de algunos antibióticos, lo que, en exceso podría llevar incluso a una intoxicación".
  • Alimentos ricos en hierro y calcio. No hay que prescindir de ellos, sino tomarlos por separado y no de forma simultánea a los antibióticos, para evitar posibles interferencias en la acción del medicamento.
  • Azúcares simples. Es mejor prescindir de los azúcares. Según advierte nuestra doctora: "Son el combustible de las bacterias ‘malas’ o patógenas, lo que favorece el sobrecrecimiento bacteriano y dificulta la acción del antibiótico, que deberá enfrentarse a una infección aún mayor".

Qué indica el color de los mocos en los niños

Los mocos verdes de los niños solo están relacionados con la duración de las infecciones respiratorias y su evolución, por lo que no suponen un motivo suficiente para tomar antibióticos.

Concretamente, el cambio de color en los mocos se produce por la lucha que llevan a cabo los neutrófilos, que son las células de defensa, contra los virus. Nuestra doctora nos explica que "durante esta batalla, los neutrófilos segregan peroxidasa, que es una enzima muy rica en hierro que proporciona esa tonalidad verdosa a los mocos". Así, cuanto más se prolonga esta batalla, mayor es la segregación de neutrófilos y peroxidasa en el moco, y de ahí surgen los diferentes tonos de la mucosidad.

Según transcurre la infección, encontramos el color del moco puede ser:

  • Transparente. Esto sucede en la primera fase, cuando encontramos un moco más acuoso.
  • Blanquecino. Es la siguiente fase, por lo que los mocos ya no son tan líquidos.
  • Amarillento. La infección sigue causando la inflamación de la mucosa, y por eso el moco se vuelve más oscuro.
  • Verde. Aunque los mocos de color oscuro son motivo de preocupación en los padres, lo cierto es que surgen en la última fase y no deberían causar inquietud.
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