Los tumores de piel suelen localizarse en el cuello, los brazos, las manos, la cabeza y la cara, ya que son las zonas más expuestas a la radiación solar. Pero este tipo de lesiones también pueden aparecer en una zona más concreta como los párpados, llegando a dificultar la visión en el peor de los casos.

En el párpado pueden desarrollarse tanto tumores benignos, que no entrañan ningún riesgo, como malignos, que son fundamentales de detectar y tratar de manera precoz para evitar otras consecuencias graves en la salud. Lamentablemente, entre el 80 y el 90% de los cánceres de la zona periorbitaria, alrededor del ojo, corresponden a tumores malignos del párpado.

A esto se suma que, en ocasiones, se ignora que el cáncer de piel también puede hallarse en el párpado, por lo que se suele posponer la visita a Dermatología hasta que la lesión está muy avanzada. Para que conozcas todo sobre el tema, te contamos qué son los tumores de piel que encontramos en el párpado, a quién afectan, los indicios de estas señales y qué técnicas se utilizar para su tratamiento.

Tumores de piel en el párpado: a quién afectan

Se trata de lesiones que generan molestias, impiden el movimiento del párpado e incluso afectan a la visión. Y esto es, precisamente, por lo que se acude a la consulta de Oftalmología, desconociendo, en la mayoría de los casos, que están causadas por un cáncer de piel.

Cáncer de piel, también en el párpadoCáncer de piel, también en el párpado

En más detalle, la doctora Sonia Janneth Hincapié Hincapié, oftalmóloga del Hospital Quirónsalud San JoséEste enlace se abrirá en una ventana nueva, nos indica que "los tumores del párpado o palpebrales son lesiones que se localizan en la piel que recubre el párpado, tanto inferior como superior", añadiendo que "pueden clasificarse como benignos, premalignos y malignos, dependiendo de sus características histológicas". Afortunadamente, cerca del 90% de casos corresponden a lesiones benignas que, en general, no conllevan riesgos para la salud.

Personas con mayor riesgo de cáncer de piel

Los factores de riesgo son:

  • Piel y ojos claros
  • Edad mayor de 50-60 años
  • Exposición muy prolongada a los rayos de sol o a las radiaciones ionizantes
  • Predisposición hereditaria
  • Personas inmunodeprimidas

Dónde se localizan estas lesiones

  • Párpado inferior, en el 50-66% de los casos
  • Canto interno o zona del lagrimal, en el 25-30% de los casos, pudiendo llegar a invadir el espacio del globo ocular
  • Párpado superior, en el 15% de los tumores
  • Canto externo, en el 5% de los tumores

Tumores benignos: verrugas y quistes en el párpado

Representan casi el 90% de las lesiones detectadas en los párpados. Nuestra especialista nos señala que "los tumores benignos más frecuentes son las verrugas y quistes derivados de anejos oculares como glándulas sebáceas, sudoríparas, folículos pilosos, hemangiomas más comunes en la infancia y nevus, entre otros".

En general, tienen estas características:

  • Son como lesiones quísticas o verrugosas
  • No suelen generar dolor
  • En general, son asintomáticas, sin síntomas
  • No producen ulceración

Además, los tumores benignos del párpado no conllevan riesgos para la salud, pero sí que suscitan una preocupación estética y, en algunos casos, la sensación de un cuerpo extraño en el ojo, que son los motivos por los que se acude a la consulta.

El tratamiento de estas lesiones consiste en su eliminación, tal como apunta nuestra doctora: "La extirpación se realiza mediante resección simple, sin dejar cicatriz visible en la mayoría de los casos".

Tumores malignos en los párpados

Son lesiones que pueden provocar consecuencias de mayor gravedad para la salud, por lo que su detección precoz y su tratamiento son fundamentales. Nuestra doctora nos describe que "los tumores malignos se presentan como nódulos, en ocasiones con úlcera central que no termina de curar y algunas veces acompañados de pérdida de pestañas; los melanomas suelen presentarse como placas de contorno irregular y pigmentación variable".

El diagnóstico temprano en el cáncer es vital, y aún más cuando se localiza en el párpado, puesto que su cercanía al globo ocular puede poner en riesgo a la salud de este, cuando el tumor se encuentra en fase avanzada. Al respecto, nuestra doctora añade que "nuestro objetivo en los tumores malignos del párpado está en detectar precozmente las lesiones que pueden tener potencial de malignidad y que puedan afectar al párpado y al ojo, e incluso comprometer la visión".

Tipos de tumores

Las lesiones malignas más comunes en el párpado son:

  • Carcinoma basocelular, en el 90% de los casos
  • Carcinoma escamocelular, en el 5% de los casos
  • Carcinoma de células sebáceas, en menos del 5% de los casos
  • Melanoma, en menos del 1%

Tratamiento de cáncer de piel en el párpado

Consiste en extirpar la lesión con un gran margen, de modo que permita cerciorar que el tumor se ha eliminado totalmente. Al mismo tiempo, se conserva la mayor parte de tejido sano para facilitar la reconstrucción del área del párpado.

En más detalle, nuestra cirujana nos especifica que "esto se hace intraoperatoriamente, mediante técnicas como la sección congelada con el estudio de los márgenes de la lesión, o mediante cirugía micrográfica de Mohs, que maximiza las posibilidades de resección completa del tumor".

Cabe añadir que existen ciertos tumores malignos, como el carcinoma basocelular, que no generan lesiones a distancia y tampoco metástasis, pero en cambio hay otros que sí que tienen capacidad para diseminarse por lo que es preciso realizar resecciones de mayor tamaño y además aplicar una terapia sistémica adicional.

Por último, la detección de un tumor maligno en el párpado requiere profesionales que, además de estar especializados en ello, ya conozcan esta clase de lesiones palpebrales. También se debe tener en cuenta la complejidad del párpado y su estrecha relación con el ojo, por lo que es recomendable acudir a un especialista en cirugía oculoplástica o palpebral para su tratamiento, ya que el procedimiento quirúrgico para reconstruir el párpado deber estar orientado a conservar la función del párpado y su aspecto.

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