Es muy complicado mantener el orden cuando hay niños pequeños en la familia. Una forma muy útil de evitar el descontrol consiste en establecer rutinas diarias con un horario y una planificación para cada actividad, como, por ejemplo, comer, asearse, jugar o dormir.

Las rutinas infantiles ofrecen una gran oportunidad para transmitir hábitos saludables a los niños y que, poco a poco, ellos solitos puedan ponerlos en práctica. De hecho, a través del proyecto Kenko, la página web especializada de Pediatría de QuirónsaludEste enlace se abrirá en una ventana nueva, nuestros especialistas nos indican que "la implementación de rutinas permite crear buenos hábitos que harán de la crianza un proceso más organizado y ayudarán al niño a tener un mejor desarrollo psicológico".

Conoce las 7 rutinas diarias más importantes para los niños y toma nota de los consejos de nuestros especialistas para conseguirlo de forma divertida.

Razones para establecer rutinas en la infancia

Las rutinas diarias no solo son beneficiosas para los niños, también ayudan a los padres a mantener una mejor organización en casa. Otros efectos positivos de las rutinas infantiles son:

  • Aportan seguridad. Los niños se sienten más seguros si saben lo que va a suceder a diario. Esto, a su vez, les proporciona una mayor libertad para explorar el entorno.
  • Desarrollan la autonomía. Como cada día se repiten los horarios y el orden, los niños pueden avanzar lo que va a ocurrir y, a medida que van creciendo, pueden comenzar algunas de las actividades por sí solos. 7 rutinas diarias muy positivas para los niños7 rutinas diarias muy positivas para los niños
  • Estimulan la anticipación y la organización. Según nos detalla la doctora María Ángeles Martín Serrano, pediatra del Hospital Quirónsalud ValenciaEste enlace se abrirá en una ventana nueva: "Con las rutinas entrenamos varias zonas del cerebro de gran importancia, el hecho de repetir las rutinas permite al niño anticipar lo que ocurrirá, y esto estimula la parte de anticipación que, a su vez, permitirá la planificación y ejecución de tareas".
  • Favorecen la autoestima. Los niños reciben un mensaje positivo cuando consiguen realizar algunas de las actividades sin la ayuda de los papás, como, por ejemplo, vestirse o peinarse. Así entienden que pueden lograrlo y que además les gusta conseguirlo.
  • Crean un ambiente agradable en casa. Las rutinas diarias permiten organizar las tareas y actividades diarias y, como resultado de ello, hay menos caos. Sobre esto, nuestra pediatra apunta que "si todo funciona como una máquina bien engrasada, disminuyen los gritos y el mal humor, y el ambiente en casa será más propicio para disfrutar de la familia, para el aprendizaje y para un mejor desarrollo del niño en todos los aspectos".
  • Enseñan hábitos saludables. Una adecuada rutina debe incluir tiempo para cepillarse los dientes, ducharse y realizar ejercicio, entre otros hábitos saludables. Así se facilita el aprendizaje desde la infancia.
  • Desarrollan el sentido de responsabilidad. Los niños pueden interiorizar el deber de compromiso si se mantienen las rutinas diarias.

Rutina 1: Dormir entre 8 y 9 horas diarias

Está demostrado que la calidad del sueño afecta al rendimiento escolar. Y es que los niños necesitan dormir entre 8 y 9 horas como mínimo. Por eso, si queremos asegurar que duermen el tiempo suficiente, debemos calcular a qué hora deben acostarse, teniendo en cuenta cuándo se levantan para ir a la escuela.

Además, antes de ir a la cama, es importante dedicar un tiempo a actividades más relajantes y agradables para disminuir la excitación. Como ideas nuestra pediatra nos indica "leer un cuento, darles un masaje o un baño con agua calentita, y que nos cuente lo más divertido del día". Después, hay que acompañar a los niños a la habitación, que debe estar sin luces, ruidos o pantallas encendidas, ya que pueden interferir en el descanso.

Es probable que los pequeños no se duerman en el tiempo previsto, lo que suele generar frustración entre los padres. Por eso, nuestra pediatra nos recomienda mantener la calma y evitar los enfados y castigos, "estamos creando un hábito y un refuerzo positivo con el sueño, y solo el hecho de ir a la habitación a la hora prevista y relajarnos será el primer logro, y el sueño vendrá después".

Rutina 2. Mantener los horarios de las comidas

Es recomendable establecer unos horarios, más o menos fijos, para las comidas e intentar realizarlas siempre en el mismo sitio. También es aconsejable incorporar normas básicas de comportamiento en la mesa y animarlos a participar en algunas de las tareas, como preparar la mesa y ayudar a elaborar los platos, dependiendo de su edad.

Por último, nuestra doctora recuerda la importancia de hacer cinco comidas diarias, evitando picoteos, con una composición variada y adecuada.

Rutina 3. Dedicar media hora a dar un paseo en familia

Es un hábito saludable muy sencillo de aplicar, ya que solamente hay que reservar como mínimo media hora al día durante un horario concreto. De esta manera, se consigue afianzar la relación entre padres e hijos, al mismo tiempo que se promueve un hábito saludable en familia.

Rutina 4. Reservar tiempo para jugar

Una buena rutina diaria debe incluir un horario concreto para jugar, y mejor si se realiza en compañía de los padres, tal como añade nuestra doctora: "A ser posible, parte de ese tiempo de juego deberían compartirlo con los padres, respetando sus intereses y dejando el juego libre".

En el caso de los bebés, se recomienda elegir juegos en casa, como puzles o construcciones. Además, se puede inculcar el hábito de lavarse las manos, la cara y los dientes si juegan después de comer. Es importante diferenciar entre la franja horaria para jugar y la que se dedica a pasear.

Rutina 5. Ducharse cada día y otras normas de higiene

Antes de cenar, la ducha diaria es un momento idóneo para animar a los niños a que sean más independientes: por ejemplo, pueden echarse el jabón, secarse, peinarse o aplicarse crema. Eso sí, todo ello siempre bajo la supervisión de un adulto.

Igualmente, hay que transmitir a los pequeños otras normas de higiene, como la importancia de lavarse las manos después de jugar o antes de comer, y el cepillado de dientes tras cada comida.

Rutina 6. ¡Vestirse ellos solitos!

Podemos animarlos a que se vistan y se desvistan ellos solos. Esto tiene un doble beneficio, ya que por un lado los peques pueden desarrollar su independencia, y, por otro, se ahorra tiempo en las actividades diarias, consiguiendo así una mejor gestión del tiempo.

Rutina 7. Colaborar en las tareas domésticas

Los niños más mayores pueden involucrarse más en las tareas domésticas, y los padres también pueden animarlos a que tomen la iniciativa. Por ejemplo, se pueden encargar de organizar la mochila del colegio, llevar la ropa sucia a la cesta para lavar, ordenar la habitación, preparar la mesa para comer, etc.

Al principio hay que empezar con tareas simples y, poco a poco, se pueden asignar otras más complejas. Además, es probable que al comienzo haya que recordarle las tareas domésticas de las que son responsables, pero con el tiempo deben ser ellos quienes lo hagan sin necesidad de recordatorios. Desde Kenko, nuestros pediatras nos recomiendan establecer una especie de cronograma en el que se indiquen las tareas que deben realizar y cuándo deben llevarlas a cabo.

Otra medida para motivar a los niños es crear un sistema de recompensas cuando realizan bien las tareas. Eso sí, los padres siempre deben ayudarles en caso de que sientan alguna limitación. Tampoco se aconseja hacer comparaciones con otros niños, ya que cada uno tiene distintos ritmos.

Cómo incorporar rutinas y hábitos en los niños

Para conseguirlo de forma divertida, nuestros pediatras nos aconsejan:

  • Colocar un horario a la vista de todos. Por ejemplo, se puede dibujar una tabla en la que aparezca lo que va a ocurrir cada día, incluyendo comidas, juegos, aseo, paseos, hora de dormir, etc. En esta también se pueden colocar imágenes llamativas en las que aparezcan niños muy felices cumpliendo con las rutinas.
  • Leer o inventar cuentos sobre hábitos de higiene y rutinas, como vestirse solito, cepillarse los dientes, entre otros.
  • Felicitar con efusividad y premiar los logros. Hay muchas formas de recompensar a los pequeños por cumplir con las rutinas diarias. En este sentido, nuestra doctora nos anima a probar con estas divertidas recompensas: "Premia con una guerra de cosquillitas, con un tiempo de juego contigo, celebra una fiesta con quien tú quieras para celebrar un logro, por ejemplo, la fiesta del brócoli si lo ha incorporado a su alimentación, la fiesta del sueño si cumple lo pactado, lo que sepas que le motiva y no sea material".
  • ¡Tranquilidad y paciencia! La incorporación de las rutinas puede resultar muy frustrante, así que es importante tener paciencia y demostrar así a nuestros hijos una manera adecuada de gestionar las emociones.
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