Colonoscopia: cómo se realiza y qué detecta
Todo sobre la prueba de diagnóstico del cáncer de colon y otras enfermedades, desde la preparación hasta la recuperación
La colonoscopia es una prueba de diagnóstico muy común que permite localizar anomalías en el interior del colon y el recto, entre las que se incluye el cáncer. Este procedimiento dura menos de una hora y con el uso de sedación consciente se minimizan molestias.
Antes de acudir a la colonoscopia, es necesario realizar una adecuada limpieza del colon para poder observarlo con claridad. Al respecto, el doctor José Miguel Esteban López-Jamar, especialista en Aparato Digestivo del Hospital Ruber Internacional, nos confirma que "los dos días previos, el paciente debe seguir una dieta pobre en residuos y, posteriormente, tomar una solución evacuante que va a arrastrar todo el contenido que tiene el colon".
En este artículo te contamos todo lo que necesitas saber sobre la colonoscopia: cómo se realiza, qué tipo de sedación se utiliza y qué enfermedades puede diagnosticar.
Diagnóstico precoz del cáncer de colon
Este tumor puede causar trastornos intestinales, sangrado rectal, pérdida de peso, anemia, dolor en el abdomen y fatiga. Pero en algunos casos no hay indicios de esta enfermedad al principio. Por este motivo es fundamental su detección precoz, ya que esto permite incorporar el tratamiento lo antes posible y así mejorar el pronóstico.
Concretamente, la colonoscopia es uno de los procedimientos más habituales para diagnosticar el cáncer de colon y recto, aunque también permite detectar otros trastornos en el intestino como pólipos, úlceras o inflamación.
En general, se aconseja realizar una colonoscopia de forma periódica a partir de los 50 años, o antes si existen antecedentes en la familia u otros factores de riesgo. En este sentido, el experto nos indica que "en pacientes con resultado de sangre oculta en heces positivo, anemia o con síntomas compatibles con cáncer de colon (dolor abdominal, cambios en los hábitos intestinales, sangrado, estreñimiento o diarrea), la mejor forma de diagnosticar el cáncer de colon es con la colonoscopia".
Otro uso muy frecuente de la colonoscopia es la eliminación de pólipos en el intestino, tal como explica el doctor: "Permite realizar la resección de pequeños adenomas que son lesiones precancerosas u otras lesiones más avanzadas que, de lo contrario, pueden evolucionar a cáncer de colon o que, si no lo quitamos nosotros, requerirían una intervención quirúrgica".
Así se realiza la colonoscopia
Este procedimiento dura como máximo una hora y se realiza bajo sedación, por lo que las molestias son mínimas. Por lo general, se combina un sedante, que ayuda a relajarse, con un anestésico para bloquear el dolor. "Muchas veces los pacientes ni recuerdan que han estado en la sala de endoscopias", apunta el doctor.
Una vez sedado el paciente, se introduce a través del recto un endoscopio flexible, que es un instrumento especial para la exploración, y se mueve lentamente hacia el colon. El doctor añade que "insuflando CO2 en el colon, distendemos sus paredes y ganamos un espacio para ir avanzando el endoscopio".
El endoscopio ayuda a evaluar la mucosa intestinal y localizar alteraciones como pólipos, úlceras, inflamación o tumores. Y si durante la prueba se detectan pólipos, se pueden extirpar directamente utilizando unos instrumentos específicos.
Durante el mismo procedimiento también se pueden tomar muestras de tejidos para analizarlos después en el laboratorio. El doctor nos lo explica así: "El endoscopio tiene un canal de trabajo por el que podemos introducir instrumentos como pinzas de biopsias para tomar muestras, sistemas de inyección, sistemas de sutura, grapas y otros dispositivos que nos permiten realizar no solo maniobras diagnósticas, sino también terapéuticas".
Por último, una vez finalizada la colonoscopia, se procede a retirar el endoscopio con cuidado; y, seguidamente, se traslada al paciente a otra sala para que pueda recuperarse de los efectos de la anestesia. Después, vuelve a su domicilio, puesto que no es necesario el ingreso hospitalario.
Qué detecta la colonoscopia
En muchos casos no se localizan lesiones en el colon y el resultado es normal. En estas circunstancias, se recomienda llevar un seguimiento cada 5 años o más, dependiendo de la edad y los factores de riesgo personales.
Por otro lado, la colonoscopia puede localizar otros problemas en el colon y el recto como:
- Pólipos. Crecen en el revestimiento del colon y pueden ser precancerosos o cancerosos. Por eso, el doctor nos indica que "en algunos casos podemos encontrar pequeños pólipos o adenomas que vamos a resecar y los vamos a mandar a analizar, porque en su progresión pueden terminar en cáncer de colon si no los retiramos".
- Divertículos. Se trata de pequeñas hernias que aparecen a causa del envejecimiento de la pared del colon. En ocasiones pueden inflamarse y provocar la enfermedad de diverticulitis.
- Enfermedad inflamatoria intestinal, como Crohn y colitis ulcerosa.
- Colitis isquémica.
- Infecciones.
- Hemorroides internas y externas.
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