Ingredientes

  • 1 amplia plancha de hojaldre congelado de excepcional calidad (comprueba que esté elaborado con mantequilla y no con otras grasas)

    niña cocinandoniña cocinando

  • ½ kg de higos
  • 150 g de jamón ibérico, preferiblemente de paletilla entreverada
  • 2 cucharaditas de piñones
  • 2 dientes de ajo
  • 2 cebolletas tiernas
  • 2 tomates maduros
  • Aceite de oliva
  • Sal
  • Azúcar

Preparación

  1. En un poquito de aceite, y bien picaditos, dora ligeramente los ajos y añade la cebolleta con su parte verde, picada un poco más gruesa. Deja que, a fuego lento, ambos vegetales se pochen antes de añadir los tomates, muy maduros, picados con su piel y poco escurridos. Quince minutillos de cocción bastarán para obtener una especie de pisto sabroso y reducido. Sazónalo con poquita sal y aún menos azúcar. Resérvalo.
  2. Corta en rectángulos de ración el hojaldre y, en una placa de horno pintada de aceite, cuécelos a horno fuerte para que crezcan y adquieran un apetitoso tono dorado. Sácalos y espera a que bajen un poco de volumen. Expande sobre ellos el fondo de verduras. Distribuye las lonchitas de jamón, los higos sin pelar partidos en cuartos y una granizada de piñones. Pon el horno a toda máquina (180º) y dales durante escasos minutos el toque último y decisivo.
  3. Como verás, las cocas, de tanto arraigo en Cataluña, Levante y Baleares, no son más que empanadas descapotables. Y si aquí he optado por el hojaldre en detrimento del pan, ha sido simplemente para facilitar la tarea.

¿Sabías que…Receta coca de jamón e higosReceta coca de jamón e higos

  • El higo es la fruta más rica en calcio que existe. Anótalo en tu agenda, por si la leche no es lo tuyo.
  • Más cosas sobre los higos: está en el pódium de las frutas con mayor contenido en fibra. Ya sabes: si vas mal al baño, busca este manjar en tu frutería favorita.
  • Todos los frutos secos son ricos en minerales. El magnesio, por ejemplo, tan amigo él de nuestros músculos, es abundante en los piñones.
  • Los piñones le dan alegría y buena salud a las arterias, que son las vías por donde circula el tren de la sangre. Cómete un pequeño puñado de cuando en cuando, y verás qué bien te va la vida.
  • Te voy a contar una batallita de abuelo. Durante la Segunda Guerra Mundial escasearon los antibióticos. Por este motivo, el ejército ruso recurrió al consumo de ajo, que tiene una pequeña capacidad para atajar las infecciones. Algo es algo, ¿verdad?
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