Disfruta de la piscina sin riesgos
Medidas sencillas para prevenir riesgos y accidentes en la piscina, ¡que nada te estropee este verano!
¡Qué bien se está en la piscina! Tanto dentro como fuera del agua es más fácil soportar el calor, y, además, es uno de los lugares favoritos de los niños. Pero, sin las precauciones necesarias, también puede convertirse en una fuente de infecciones, como la otitis en los oídos o la conjuntivitis en los ojos. Y, en el peor de los casos, pueden ocurrir incluso accidentes graves, como ahogamientos o lesiones.
En este artículo te contamos cómo cuidar de tu salud y la de los tuyos en la piscina, y evitar posibles riesgos. ¡Por un verano saludable!
Usar lentillas en la piscina, ¿es bueno o malo?
No es aconsejable ni dentro ni fuera del agua. Las lentillas son una de esas cosas que no necesitas llevar a la piscina. El doctor Pío García Gómez, responsable de Oftalmología del Hospital Quirónsalud Vitoria, nos explica que "las lentillas se resecan con el calor y el sol, ocasionando frecuentemente queratitis, que, si no son atendidas y tratadas urgentemente, pueden complicarse con infecciones corneales". Por eso, en el caso de notar enrojecimiento o dolor en los ojos, lo más conveniente es retirar las lentes de contacto cuanto antes.
Además, si se toma el sol con las lentillas puestas, existe el riesgo de que se queden pegadas a los ojos. La razón nos la explica el doctor García: "Debido a la falta de parpadeo y al calor, los ojos se resecan y las lentes pueden perder la humectación pudiendo producir úlceras corneales o incluso quedarse pegadas a la córnea". En esta situación, lo más adecuado es aplicar lágrima artificial para que la lentilla se hidrate y recupere el movimiento, lo que facilitará su retirada. Después, es importante evaluar el ojo en urgencias.
Evitar los cambios bruscos de temperatura
Después de hacer deporte o de haber tomado el sol, puede apetecer un chapuzón fresquito en la piscina. Pero hay que meterse poco a poco en el agua para aclimatar la temperatura corporal, ya que un cambio repentino puede provocar un corte de digestión o hidrocución. Y, si hemos comido más de la cuenta, lo mejor es esperar un par de horas.
La doctora Adelaida Sánchez Bacallao, jefe de Pediatría del Hospital Quirónsalud Marbella, nos advierte que la diferencia de grados con el agua fría provoca el estrechamiento de los vasos sanguíneos y esto, a su vez, disminuye el flujo sanguíneo al cerebro. Como resultado de ello, se puede producir un desmayo dentro del agua. "La mayor incidencia de casos se produce en personas que se bañan tras haber realizado ejercicio o haber tomado el sol durante un tiempo prolongado", apunta la experta.
Vigilar a los niños para evitar ahogamientos en la piscina
Siempre se debe observar a los menores de edad cuando están dentro de la piscina, sin importar cuánto cubre o si saben nadar. Lamentablemente, los ahogamientos en España representan la segunda causa de fallecimiento accidental en la infancia, según la Asociación Española de Pediatría. Por eso, la doctora Sánchez insiste en la importancia de no perder de vista a los niños mientras están dentro del agua, ya que un mínimo descuido podría tener riesgos graves.
Controlar el tiempo del baño en niños con asma
Un simple chapoteo en el agua de la piscina puede desencadenar una crisis de asma en niños diagnosticados con esta enfermedad. Esto puede ocurrir por dos razones, por un exceso de cloro en el agua, o por permanecer demasiado tiempo dentro del agua, aunque el nivel de cloro sea el adecuado.
Por eso, es recomendable limitar el tiempo del baño, así como acudir a piscinas que cumplen con las medidas de higiene necesarias. Además, las familias con hijos asmáticos deben llevar consigo la medicación de emergencia.
Evitar accidentes en la piscina
Es un riesgo tirarse de cabeza tanto en la piscina como en cualquier zona habilitada para el baño. El impacto en el agua puede ser tan peligroso como en la carretera, por lo que también puede causar lesiones muy graves. El doctor Francisco Rodríguez Argáiz, jefe de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Quirónsalud Marbella, nos señala que, a cierta velocidad, el líquido se comporta de manera parecida al sólido, ya que las partículas de agua no tienen tiempo a abrirse para que el cuerpo penetre.
Ducharse antes y después de la piscina para cuidar los ojos
Es la mejor medida para prevenir la conjuntivitis en los ojos, que es un problema muy común en verano. La ducha antes del baño nos ayuda a eliminar los restos de cremas que pueden reaccionar con el cloro de la piscina, y la ducha posterior sirve para retirar el cloro de la piel, especialmente de la cara.
Secar los oídos después del baño para evitar la otitis
Al salir del agua, es importante secarse los oídos para prevenir la otitis externa, que es la infección más frecuente en verano, sobre todo en los niños que empiezan a bucear. Por eso, la doctora María Mínguez Muñoz, especialista en Pediatría del Hospital Quirónsalud Torrevieja, nos recomienda secarles bien los oídos tras el baño con una toalla.
Igualmente, es recomendable llevar tapones para que no entre agua en los oídos, y se desaconseja el uso de bastoncillos, ya que aumentan el riesgo de que se produzcan taponamientos de cera.
Cambiar el bañador húmedo para evitar la cistitis
Después de bañarnos, se recomienda cambiar el bikini o el bañador húmedo, o al menos hacerlo con frecuencia, para prevenir infecciones urinarias como la cistitis. Y esta medida se debe tener en cuenta tanto en adultos como en menores de edad. Igualmente, se aconseja utilizar ropa interior de algodón, que previene el exceso de sudor, hidratarse con agua y orinar cada dos o tres horas.
En concreto, los síntomas de la cistitis son muy incómodos y pueden arruinarnos las vacaciones. El doctor Daniel Ruiz Díaz, pediatra del Hospital Quirónsalud Córdoba, nos señala que suele provocar escozor y molestias al orinar, aumento de la frecuencia miccional, sensación de vaciado incompleto y, en ocasiones, fiebre. Afortunadamente, existen tratamientos médicos para aliviar los síntomas.
Cuidar la salud de los dientes
El cloro de la piscina puede originar "el sarro del nadador", que da un aspecto amarillento a los dientes. Esto se debe a que el pH del agua de las piscinas es ligeramente superior al de la saliva, lo que provoca una mayor acumulación del sarro en los dientes.
Para evitar este problema en la piscina, Álvaro Reuter especialista en Odontología del Centro Médico Teknon, recomienda cepillarse los dientes tres veces al día, como mínimo. ¡También en vacaciones! Además es aconsejable acudir a la consulta de Odontología por si es necesario un método de higiene profesional.
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