Reanimación cardiopulmonar o RCP, paso a paso
Te enseñamos las nociones básicas de esta maniobra, que puede salvar vidas en una parada cardiorrespiratoria
La reanimación cardiopulmonar o, por sus siglas, RCP es una maniobra vital en situaciones de emergencia. Precisamente, la doctora Ana Casado Plasencia, especialista en Cardiología del Hospital La Luz, nos señala que "si todos supiéramos identificar esta situación con precocidad, pedir ayuda y realizar las maniobras de resucitación cardiopulmonar básica, lograríamos reducir en gran medida el número de personas que fallecen o el riesgo de secuelas neurológicas que ocurren como consecuencia de la ausencia de oxigenación cerebral".
Sin embargo, en muchos casos no se sabe cómo realizar correctamente la RCP, o incluso tienen miedo a hacer esta maniobra. Al respecto, nuestra doctora mantiene que "siempre es mejor intentarlo que no hacer nada, la peor reanimación es no realizarla, y la diferencia entre hacer algo y no hacer nada puede ser la vida de una persona". Por ello, te explicamos la reanimación cardiopulmonar o RCP, paso a paso, en adultos y niños.
Antes de comenzar la RCP: qué debes hacer
Al principio es importante comprobar que realmente se encuentra inconsciente, moviendo los hombros y preguntando si se encuentra bien.
Si no responde, debemos observar su respiración. Para ello, hay que colocar a la persona boca arriba, con la barbilla elevada y la cabeza ligeramente inclinada hacia atrás, para que la vía respiratoria esté abierta. En esa posición, acercamos la oreja a la boca de la víctima para sentir y escuchar el ritmo de la respiración.
¿Continúa sin responder y su respiración es dificultosa o con jadeos ruidosos? Entonces, debemos llamar primero al servicio de emergencias y explicarles lo que está sucediendo. A continuación, debemos comenzar con la reanimación cardiorrespiratoria o RCP.
Reanimación cardiopulmonar básica o RCP: cómo realizarla
Es muy importante actuar cuanto antes en una parada cardiorrespiratoria. En caso de no saber hacer la RCP, podemos realizar compresiones en el pecho sin insuflaciones hasta que llegue el equipo de emergencias. Estas son las pautas básicas de la RCP:
- Primero. Debemos situarnos de rodillas junto a la persona desmayada y poner el talón de la palma de la mano en el centro del pecho, en concreto en la mitad inferior del esternón.
- Segundo. Colocamos la otra mano encima de la que ya tenemos situada en el pecho y entrelazamos los dedos.
- Tercero. Nos inclinamos verticalmente con los brazos estirados y, en esa posición, presionamos el esternón, para comprimirlo 5 centímetros.
- Cuarto. Después de la compresión, debemos liberar la presión sobre el pecho, pero seguimos manteniendo el contacto entre las manos y el esternón. No hay que aplicar presión en las costillas o el abdomen.
- Quinto. Repetimos las compresiones a una velocidad de 100-120 compresiones por minuto. Por eso, si es posible, debemos alternarnos con otra persona para continuar con la reanimación cardiopulmonar.
- Sexto. ¿Hay un desfibrilador automático cerca? Cada vez son más habituales y permiten realizar una reanimación mediante instrucciones habladas y visuales. En caso de que haya uno próximo, alguno de los testigos debe ir a buscarlo y, en el mismo momento que llegue, se debe encender y poner los electrodos en el pecho, directamente en la piel, mientras se continúan con las maniobras. Una vez colocado, se deben seguir las indicaciones del desfibrilador.
¿Cuándo se debe parar la RCP?
Solamente se debe interrumpir el masaje cardiaco cuando lo indique el equipo médico, o si la víctima comienza a dar señales de recuperación, por ejemplo, se despierta, se mueve, abre los ojos o respira normal. No obstante, nuestra doctora nos advierte que "es poco probable que la RCP por sí sola reinicie el latido cardiaco espontáneo; de modo que, a menos de que estemos seguros de que la víctima se haya recuperado, continuamos con la RCP".
Niños: claves de la RCP correcta
Al igual que en los adultos, es muy importante contactar con emergencias, comprobar si el niño está consciente o no, y valorar su respiración.
Si estamos solos con el niño y no podemos llamar a emergencias a la vez que hacemos la RCP, desde Quirónprevención nos apuntan que "lo aconsejable es iniciar primero la RCP con cinco ciclos de 30 compresiones y 2 insuflaciones, para llamar y activar después al 112".
Antes de comenzar la reanimación, hay que colocar al niño boca arriba en una superficie dura, y, así, continuar las secuencias de 1 a 3, según nos explican desde Quirónprevención.
- Abrimos la vía aérea. Inclinamos la cabeza suavemente hacia atrás con una mano en la frente y la otra en la barbilla. Después, abrimos la boca con la punta de los dedos. Entonces, nos acercamos con la oreja a la boca para sentir y escuchar la respiración. Si no respira, debemos empezar con el boca a boca.
- Realizamos el boca a boca. Realizamos 2 respiraciones boca a boca en niños, o en bebés también se pude hacer boca a nariz. Después, observamos si se mueve, respira o si está pálido o morado. En caso de que no haya ninguna señal de vida, debemos pasar a las compresiones torácicas.
- Compresiones torácicas. En el centro del pecho, presionamos fuerte y con rapidez para comprimirlo 4 centímetros con una frecuencia de 100 a 120 por minuto. En menores de un año hay que utilizar dos dedos.
Desde Quirónprevención añaden que, si hay más de una persona que pueda hacer la RCP, se aconseja seguir un ritmo de 15 compresiones y 2 insuflaciones. En cambio, si estamos solos, debemos realizar 30 compresiones y 2 insuflaciones. Es fundamental continuar hasta que llega el equipo de emergencias o el menor comienza a moverse o respirar.
© 2024 Quirónsalud - Todos los derechos reservados