Los ahogamientos en el agua son el accidente más grave del verano, y afectan con más frecuencia a la población infantil. De hecho, el doctor Manuel Ramón Baca Cots, jefe de Pediatría del Hospital Quirónsalud MálagaEste enlace se abrirá en una ventana nueva, subraya que "el mayor riesgo es en niños, siendo el 70% de las víctimas por ahogamiento menores de 6 años".

Sin duda, esto es todavía más preocupante al conocer que se podría prevenir casi el 100% de estos accidentes. En este sentido, el doctor señala que "4 de cada 5 menores muertos por ahogamiento no estaban vigilados y, según el Primer Informe Nacional de Ahogamientos de MenoresEste enlace se abrirá en una ventana nueva, la mayoría de los fallecidos son niños de entre 2 y 4 años y se encontraban en un entorno no vigilado, principalmente piscinas particulares".

Conoce la medidas de prevención de ahogamientos en el agua y, en caso de que ocurran, cómo reaccionar.

¿Dónde existe más riesgo de ahogamiento?

Evidentemente, las piscinas y las playas suponen un alto riesgo de sufrir este accidente. Por eso, nuestros pediatras nos aconsejan poner especial atención en verano cuando acudimos a estos lugares con nuestros hijos.

Sin embargo, no hay que olvidar que los recipientes que contienen agua también entrañan un riesgo para los menores, por ejemplo, cubos y piscinas portátiles, por lo que no se debe bajar la guardia. "Solo hacen falta dos centímetros de agua y dos minutos sin supervisión para que un pequeño pueda ahogarse", subraya el experto.

Cómo proteger a los niños en piscinas y playas

Las claves para prevenir accidentes en el agua son:

¿Qué debes hacer en caso de ahogamiento de un niño?¿Qué debes hacer en caso de ahogamiento de un niño?

  1. Vigilar al menor en todo momento. Unos minutos de distracción son suficientes para que ocurra un accidente. Por eso, sin duda, lo fundamental es la supervisión continua.
  2. Aprender a nadar. Es bueno llevarle a clases de natación para reforzar su seguridad en el agua. Al respecto, el doctor sostiene que "es especialmente importante para reducir el riesgo de ahogamiento de todos los niños, incluidos los de 1 a 4 años".
  3. Acudir a piscinas seguras. Estas deben contar con cercos y cierres, ya que pueden evitar la mitad de los ahogamientos infantiles. En esta línea, nuestro pediatra nos explica que "cuando los niños están jugando en el agua o alrededor del agua, es fundamental supervisarlos de cerca y constantemente; pero también ciertas barreras pueden ayudar a prevenir tragedias durante lapsos breves e inevitables de la supervisión, que son parte normal de la vida cotidiana".
  4. No dejar juguetes cerca del agua. Así lo recomienda el doctor: "Los juguetes se mantendrán fuera del área de la piscina para que los niños no sientan curiosidad e intenten atravesar dicha barrera para llegar a ellos".
  5. ¡Atención a los cortes de digestión! Estos ocasionan un estrechamiento de los vasos sanguíneos, lo que, a su vez, provoca que la sangre del cerebro fluya más lenta, pudiendo causar un desmayo. Si esto sucede dentro de la piscina o la playa, conlleva un mayor peligro de ahogarse.

Cabe añadir que, aunque el corte de digestión siempre se relaciona con las comidas, la realidad es que surge por un cambio brusco de temperatura al entrar muy rápido en el agua fría. De hecho, nuestro pediatra añade que "la mayor incidencia de casos se produce en personas que se bañan tras haber realizado ejercicio físico o haber tomado el sol durante un tiempo prolongado; por lo que los niños que juegan al sol deben tener mucho cuidado".

Ahogamiento infantil: primeros auxilios

Lamentablemente, está claro que, incluso vigilando a los niños, este tipo de accidentes pueden ocurrir. Por eso, es vital saber cómo reaccionar si se ahogan, siguiendo estas indicaciones:

En el caso de un bebé

Lo primero es sacarle del agua cuanto antes, y, una vez fuera, hay que agarrarle en brazos y pedir ayuda, o, directamente, acudir al centro hospitalario próximo. Igualmente, es importante mantener su cabeza más baja que el cuerpo para intentar que no aspire demasiada agua. Además, nuestro doctor recomienda "comprobar si el bebé respira espontáneamente, y en caso contrario, practicarle la respiración artificial (boca a boca)".

Si se trata de niños más mayores

Si ocurre en aguas con poca profundidad, y en el caso de que el menor no respire, hay que sujetar su cuerpo con un brazo y su cabeza con la mano contraria, y así realizar el boca a boca tapándole la nariz. "Traslada al accidentado a la orilla, pide ayuda y continúa con las maniobras de reanimación, además comprueba el pulso, y, si es ausente, lleva a cabo el masaje cardíaco", apunta nuestro pediatra.

Si el niño recupera la respiración y el pulso, hay que acostarlo de lado, colocando el brazo interno flexionado en ángulo recto y la mano bajo la mejilla. Al mismo tiempo, se debe colocar extendida la pierna del lado interno y, en cambio, la otra pierna debe estar flexionada.

En caso de que el menor no se recupere, el doctor avisa que "se trasladará al centro hospitalario más cercano, sin interrumpir las maniobras de respiración artificial y de masaje cardíaco hasta llegar al punto de destino".

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