La enfermedad de la celiaquía se puede manifestar a través de multitud de síntomas digestivos. Por eso, su diagnóstico puede resultar complejo e incluso confundirse con otras enfermedades gastrointestinales al comienzo.

Para conocer más datos sobre la celiaquía, hemos hablado con el doctor Juan María Vázquez Morón, especialista en Aparato DigestivoEste enlace se abrirá en una ventana nueva y la Unidad de ObesidadEste enlace se abrirá en una ventana nueva del Hospital Quirónsalud Huelva, quien nos ofrece las claves para identificar esta enfermedad tan frecuente.

Celiaquía: qué es y a qué edad se manifiesta

Se trata de una enfermedad autoinmune y crónica, que, aunque en la mayoría de los casos se detecta en la infancia, también puede presentarse en adultos. De hecho, se calcula que el 25% de las personas diagnosticadas supera los 65 años.

La enfermedad de la celiaquía puede provocar una serie de síntomas y, dependiendo de estos, se clasifica en 3 grupos, que son clásico, no clásico y asintomático.

3 tipos de enfermedad celiaca y sus síntomas

Dependiendo de cómo se manifiesta, esta patología se puede clasificar como:

  1. Celiaquía clásica, la más conocida. Normalmente, surge en la infancia y puede provocar un retraso en el crecimiento de los niños. Otras señales de esta celiaquía son diarrea, distensión del abdomen y pérdida de peso corporal.
  2. Celiaquía no clásica, más común en adultos. Este tipo de celiaquía también se denomina atípica. Lo habitual es que comience a edades adultas y que provoque síntomas digestivos poco específicos, como diarrea sin llegar a perder peso, flatulencias, ardor e indigestión. Además, en algunos casos también se detecta anemia ferropénica, osteoporosis o infertilidad.
  3. Celiaquía sin síntomas. Como es asintomática se debe diagnosticar mediante un cribado por estudio familiar.

Factores de riesgo de la celiaquía

El hecho de que un miembro de la familia sea celiaco, como padres, madres, hijos o hermanos, ya supone una mayor probabilidad de desarrollarla.

A esto se añaden otros factores que también pueden incrementar el riesgo de padecer celiaquía, como la diabetes de tipo 1, el síndrome de Down, la tiroiditis autoinmune y la hepatitis crónica autoinmune.

¿Cómo saber si eres celiaco?

Ante la sospecha de celiaquía, lo más conveniente es acudir a consulta de Atención Primaria o Aparato Digestivo. De esta manera, podemos iniciar el estudio diagnóstico y realizar la prueba serológica que permite determinar los anticuerpos anti-transglutaminasa. Si el resultado es positivo, entonces procedemos a hacer una endoscopia digestiva alta, que incluye la toma de biopsias, facilitando así la evaluación de posibles lesiones histológicas compatibles con la celiaquía.

Por lo tanto, si se detectan síntomas, como dolor, distensión del abdomen o diarrea, que pueden estar relacionados con la celiaquía y con el consumo de gluten, lo más recomendable es consultarlo con los especialistas.

¿Sabes que existen 3 tipos de celiaquía?

Dieta sin gluten, el único tratamiento de la celiaquía

Una vez diagnosticada la celiaquía, recomendamos retirar los alimentos con gluten para siempre. Como resultado de esta dieta sin gluten, la mayoría de las personas con celiaquía mejoran sus síntomas, y además se consigue negativizar los resultados de la prueba serológica y normalizar las alteraciones histológicas.

Es cierto que, en algunos casos, hay una mala respuesta a este tratamiento pero suele ser porque no se cumplen con las indicaciones en la dieta, ya sea de manera consciente o inconsciente. Esto también puede ocurrir por otros motivos, como un diagnóstico equivocado u otra enfermedad adicional que hay que tratar de forma específica.

¿Es bueno eliminar el gluten de la dieta sin razón?

El hecho de seguir una dieta sin gluten no resulta beneficioso para una persona que no tiene celiaquía. Lo que sí se ha comprobado es que las personas con síndrome de intestino irritable pueden notar una mejoría eliminando el gluten.

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