¿A quién no le ha pasado despertarse en mitad de la noche por una pesadilla? Estos sueños desagradables empeoran la calidad del descanso y, en ocasiones, nos dejan pensando en qué quieren decirnos. En el peor de los casos, no se olvidan, se repiten y se vuelven muy frecuentes, llegando a convertirse en un desorden del sueño.

El origen de las pesadillas se remonta a la prehistoria, según los estudios científicos. Al parecer tienen un papel de entrenamiento unido a la supervivencia, de manera que este enfrentamiento a hechos angustiosos o temibles nos ayuda a estar preparados en el caso de que se produjeran en la noche.

¿Quieres saber más datos curiosos sobre las pesadillas? Te contamos qué son, cómo nos afectan, que factores son precipitantes y cómo se pueden tratar.

¿Qué es la pesadilla y por qué causa malestar?

Se trata de un sueño angustioso que suele interrumpir el descanso y que, a su vez, provoca sensaciones muy desagradables, como:

Miedo, disgusto, sudoración son algunos de los efectos de las pesadillasMiedo, disgusto, sudoración son algunos de los efectos de las pesadillas

  • Ansiedad
  • Miedo
  • Enfado
  • Disgusto
  • Palpitación o sudoración excesiva

La doctora Irene Rubio Bollinger, responsable de la Unidad del SueñoEste enlace se abrirá en una ventana nueva y especialista en Neurofisiología ClínicaEste enlace se abrirá en una ventana nueva del Hospital Quirónsalud Sur, nos indica que "la mayoría de las pesadillas suelen producirse durante la segunda parte de la noche, son episodios asociados al sueño REM", añadiendo que "son consideradas un tipo de parasomnia".

Las pesadillas son muy inquietantes y parecen reales. "Además, el contenido suele estar relacionado con cuestiones de supervivencia, miedos, desastres, muertes…", nos apunta nuestra especialista. Por eso, pueden causar alertamientos y despertares en el descanso.

Lo peor de sufrir una pesadilla es que, al despertar, a menudo recordamos cómo han sido y somos capaces de contarlas con detalle.

¿A quién afectan?

Las pesadillas son posibles a cualquier edad, aunque la frecuencia es mayor en la infancia. No obstante, existen personas que pueden ser propensas a tener este tipo de sueños desagradables, tal y como nos sugiere nuestra doctora, "las pesadillas son más frecuentes en personas con parientes próximos con el mismo problema o con otras alteraciones del sueño como sonambulismo, deambular en sueños, y somniloquia o hablar en sueños".

¿Qué desencadena la pesadilla?

Pese a que todavía no se ha detectado una causa concreta para la aparición de estos terribles sueños, sí que hay precipitantes:

  1. El estrés y la ansiedad. Ya sea por el trabajo, el día a día, la familia, el fallecimiento o la enfermedad de personas cercanas…
  2. Un trauma. Son habituales tras un accidente o un problema de salud muy grave, el abuso sexual o psicológico, o en personas que padecen estrés postraumático.
  3. La falta de sueño. Son comunes cuando sufrimos con frecuencia cambios en el horario para ir a descansar, insomnio o insuficiente descanso, entre otros factores relacionados con la privación del sueño.
  4. Patologías que afectan al sueño, como la apnea, el alcoholismo o la privación del consumo alcohólico, y la narcolepsia, que es un trastorno del sueño que dificulta estar despierto durante el día, entre otros.
  5. Determinados fármacos, como los antidepresivos, los antihipertensivos, los betabloqueantes, terapias para el Parkinson y ciertos tratamientos que ayudan a dejar el tabaquismo.
  6. El consumo de bebidas alcohólicas u otras sustancias como el cannabis motivan la aparición de pesadillas.
  7. Otras enfermedades, como estados depresivos u otras del ámbito psicológico, patologías cardiovasculares o el cáncer.

¿Cuándo acudir a la Unidad del Sueño?

En general, son episodios normales a los que no hay que dar especial atención. Sin embargo, es cierto que existen casos en los que las pesadillas ocurren con demasiada frecuencia, de forma repetitiva o con un contenido inquietante. Ahí es recomendable averiguar qué está causando estos sueños y su continuidad, porque pueden llevar a un trastorno del descanso.

En opinión de nuestra doctora, "si se convierte en un desorden del sueño en sí mismo, debemos actuar para evitar la disfunción durante el día y prevenir el miedo que pueda surgir ante el momento de irse a dormir".

En concreto, se considera que la pesadilla es un trastorno del sueño cuando reúne estas características:

  • Ocurren con demasiada frecuencia.
  • Producen muy malas sensaciones a lo largo del día al recordarlas.
  • Generan temor a ir a la cama.
  • Provocan una ansiedad anticipatoria ante la posibilidad de que ocurran de nuevo.
  • Se recuerdan constantemente.
  • Producen fatiga, agotamiento, sueño excesivo durante el día y falta de energía.
  • Causan problemas en el ámbito laboral y en las relaciones con otras personas.

Pruebas para diagnosticar un trastorno del sueño

Es aconsejable acudir a la Unidad del Sueño donde los especialistas pueden facilitar el diagnóstico de un desorden del sueño, si es tu caso.

Entre las técnicas que ayudan a recabar la información necesaria están:

  • Examen corporal, en el que se recopila información médica, física y mental con el objetivo de localizar qué puede estar provocando las pesadillas.
  • Características del episodio. El equipo médico pregunta a la persona afectada y a quien comparte dormitorio con ella, si lo hay, cómo son los episodios y si han observado otros problemas como pausas respiratorias durante la noche, movimientos de las piernas o que hable en sueños…
  • Polisomnografía nocturna. Es una técnica que permite registrar la actividad nocturna. En el caso de las pesadillas, ayuda a aclarar si estas se relacionan con otro trastorno que no se haya detectado previamente.

¿Es posible tratar las pesadillas?

Sí que hay terapias que ayudan a aliviar estos sueños angustiosos, pero solamente se recomiendan en ciertos casos, como nos aclara nuestra especialista: "el tratamiento de las pesadillas se reserva para cuando producen una alteración importante del estado del paciente, afectan al día a día, si se detecta un rechazo a ir a dormir…"

Los tratamientos de las pesadillas consisten en:

  • Solucionar la causa de las pesadillas, cuando estas se asocian a un determinado problema de salud.
  • Aplicar técnicas que ayudan a la relajación o terapias que están guiadas por un especialista en Psicología, en el caso de que haya síntomas de ansiedad o estrés.
  • Realizar la terapia de ensayo en imaginación, cuando se trate de una persona con estrés postraumático, que es un tipo de estrés originado por una situación muy traumática. Esta técnica propone un método en el que se cambian los finales de las pesadillas por otros que causan menos angustia. Nuestra especialista nos detalla que "se lleva a cabo durante el día para ir interiorizando un final que se va grabando en la memoria, y que logra que, durante el sueño, se reproduzca de manera distinta a la habitual". De esta forma, favorece que las pesadillas surjan en menos ocasiones.
  • Prescribir fármacos que permiten disminuir la alteración vegetativa que va ligada a las pesadillas y a su consecuencia en el sistema nervioso central.

En cualquier caso, lo más contraproducente es intentar no pensar en las pesadillas o tratar de alejarlas del pensamiento porque esto puede hacer que se incrementen. Se ha demostrado que eso no ayuda a solucionar el problema, sino que causa un efecto contrario. Por ese motivo, nuestra doctora nos recuerda que "se recomienda prestar atención y procurar el tratamiento más adecuado en cada caso".

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