Miedo, incertidumbre, ansiedad… son solo parte de las emociones que pueden llegar a sentirse una vez diagnosticado el cáncer de mama. Entrevistamos a Adela Sánchez-Escribano Martínez, residente del servicio de Psicología del Hospital Universitario Fundación Jiménez DíazEste enlace se abrirá en una ventana nueva, quien nos habla sobre los cambios que se viven durante este cáncer tan frecuente en mujeres, y además nos ayuda a aprender a gestionarlo.

Cáncer de mama y su repercusión en la imagen

El impacto del diagnóstico de cáncer

Cuando se diagnostica un cáncer, supone un golpe tan significativo que produce cambios en todas las facetas de la vida de la persona, quien se ve obligado a abandonar sus proyectos y a realizar otras cosas que no había planeado, como, por ejemplo, las numerosas visitas a los especialistas, las pruebas y las terapias. Todo ello sitúa a la persona diagnosticada de cáncer en un escenario lleno de dudas e inseguridad en el que, además, siente que ha perdido el control.

Cáncer de mama y su repercusión en la imagen corporal

Tanto la autoestima, como el concepto y la identidad de una misma sufren un impacto añadido cuando se padece este cáncer tan frecuente en mujeres, en gran parte debido a los cambios que ocasiona en la imagen corporal. Igualmente, esto influye en el papel social, maternal, sexual y femenino de la paciente, causándole gran variedad de emociones e incluso pudiendo alterar su forma de relacionarse con el entorno.

¿Cómo sentirse ante el cáncer de pecho?

Con el diagnóstico del cáncer mamario surgen muchas emociones que son consideradas como una reacción emocional adaptativa, lo que significa que es una reacción normal frente a una situación que no lo es.

Sentir esas emociones sirven de ayuda en este proceso, ya que se trata de sentimientos de gran intensidad que ayudan a:

Las emociones en el cáncer de mama

  • Asimilar el diagnóstico
  • Hacer frente a la situación
  • Averiguar qué se precisa y comunicarlo a los demás

Las emociones más comunes son…

  • Cuando se diagnostica el cáncer: Desconcierto, angustia, evitación y asombrosa tranquilidad, tristeza, sensación de que es algo irreal y enfado.
  • Ante la terapia: Ansiedad, dudas, falta de decisión, preocupación, apatía asociada al estado físico.
  • Cuando se termina la terapia: Falta de ánimo, ansiedad, enfado, falta de seguridad provocada por haber acudido a varias visitas médicas anteriormente y en esta etapa sienta que no existe tanto control, sensación de bajón físico originado por todo el esfuerzo anterior y la lucha activa durante ese periodo, sentir que se está peor en el momento actual.

Son emociones muy variadas, y todas son normales y probables; es frecuente que permanezcan un tiempo y, luego, aminoren.

Crecimiento personal durante el cáncer

Ocurre con mucha frecuencia, aunque no se trata de una meta que haya que alcanzar, ni tampoco lo experimentan todos los pacientes. En ocasiones surge con otra intensidad, en diferentes fases del proceso.

En algunos casos, las pacientes expresan sentimientos de fortaleza y de capacidad de afrontamiento positivo, optimista y activo. Antes del diagnóstico del cáncer, estas personas desconocían estos sentimientos, puesto que no había surgido la oportunidad, y se asombran de haber sido capaces de sobreponerse a situaciones inimaginables. Este procedimiento médico les permite experimentar momentos en los que tienen la ocasión de enriquecerse y descubrirse a sí mismos.

Por otra parte, otros pacientes cuentan que han modificado sus prioridades en la vida y en sus relaciones con los demás, como disminuir la dedicación laboral, disfrutar más de los momentos cotidianos y cuidarse más.

Consejos para afrontar el proceso oncológico

Estas pautas pueden ayudar en el procedimiento médico:

Cuándo acudir a un especialista en Psicooncología

  1. Identifica tus emociones, siéntelas e intenta comprender lo que te están transmitiendo.
  2. Permítete contar cómo te sientes, o qué piensas, a las personas que tú desees y cuando tú lo decidas.
  3. Enfócate en el presente, en el periodo en que te encuentras y la meta inmediata.
  4. Sigue con tus proyectos de vida y las actividades que te agradan en la medida que tu estado físico te lo permita.
  5. Participa de forma activa en el procedimiento médico, solicita la ayuda que precisas a los miembros de tu familia, pide al especialista los datos que te interesan, interviene en la toma de decisiones…

Casos en los que ayuda la psicooncología

Es aconsejable solicitar la valoración de un profesional de la salud mental cuando:

  • Los episodios emocionales son muy intensos, frecuentes y prolongados y no puedes calmarlos. Ejemplos de ello son:
    • Si lloras y te sientes más tranquila después, el hecho de llorar te está causando un buen efecto; en cambio si lloras durante varias horas y no sientes una mejoría y tampoco se para, ahí estás presentando problemas para gestionarlo y necesitas ayuda.
    • Si estás irritable, que es normal, pero te sirve para pensar y, más tarde, recuperar la relación con los otros, entonces te está resultado útil. No será el caso si esto crea conflictos en tu entorno y cada vez te aíslas más, entonces puede que presentes una dificultad.
  • Las estrategias para hacer frente a la situación son muy rígidas y, por lo tanto, complican la adaptación. Por ejemplo:
    • El hecho de que poseer la información te ayude a tomar las decisiones, que es algo muy positivo, es muy distinto a tratar de buscar los datos para tranquilizarte y no lograrlo, y entrar en un círculo de leer y aumentar la angustia. Si te ocurre, es aconsejable recurrir a ayuda externa.
    • La evitación es habitual en las personas. Sin embargo, si se vuelve algo generalizado y complica el hecho de seguir con el procedimiento oncológico o de hablar con tu entorno, entonces también es un signo de que existen dificultades.

Etiquetas