¡Qué pesadilla dormir en verano! ¿Los motivos? Pueden ser varios: el calor, los mosquitos, el cambio de rutina en la familia, el jet-lag de las vacaciones… Todo eso hace que las noches de verano se acaben convirtiendo, a menudo, en noches de insomnio, con los consecuentes efectos de un mal descanso.

En definitiva, es complicado conciliar el sueño con las altas temperaturas. Por eso hemos contactado con el doctor Javier Albares, especialista en Neurofisiología clínica y director de la Unidad del Sueño en Centro Médico TeknonEste enlace se abrirá en una ventana nueva, quien nos indica unas pautas básicas para lograr un descanso feliz en verano. ¡Apunta sus consejos y olvídate de contar ovejas!

Reglas básicas frente al calor

Durante el día, lo idóneo es mantener una temperatura fresca en el interior de la casa. Podemos conseguirlo si no subimos las persianas ni las cortinas durante las horas más calurosas para que no entre el sol a través de las ventanas.

Además, no debemos descuidar la hidratación durante la jornada. Es aconsejable que bebamos la cantidad de líquidos suficiente durante el día para combatir los efectos de las altas temperaturas.

Cómo dormir bien en verano

Antes de dormir… ¿qué aconseja?

Nuestro descanso se verá beneficiado si seguimos estas recomendaciones antes de ir a la cama:

  • Es importante ventilar la habitación. Debemos abrir las ventanas y las puertas, intentando que el aire fluya a través de las habitaciones.
    Otra opción es encender el aire acondicionado, aunque debemos apagarlo antes de acostarnos porque no es aconsejable recibir un contacto directo con el frío a lo largo de la noche.
  • Ducha fría antes de dormir. Podemos bajar la temperatura de nuestro cuerpo si nos duchamos o bañamos con agua fría antes de dormir.
  • Ni cafeína ni comidas copiosas. Tanto la cena como las bebidas que consumimos antes de ir a la cama pueden influir en nuestro descanso. Por lo tanto, elimina la cafeína y el alcohol antes de dormir. Tampoco es recomendable una comida muy abundante. Todo ello puede provocar deshidratación y una digestión muy activa que, a su vez, nos provoca calor por la noche.
  • ¡Refresca la cama! Un último truco consiste en meter las sábanas y la funda de la almohada en el congelador un tiempo antes de ir a dormir. Así conseguiremos que estén frescas. Esto también se puede aplicar a unos calcetines que nos enfriarán los pies, lo que disminuye la temperatura corporal y de la piel.

Recomendaciones a seguir en la cama

Llegado el momento de tumbarnos en la cama para descansar, existen algunos factores que también nos ayudan a dormir mejor en las noches calurosas.

  • En relación con nuestro pijama, pese a que el calor nos invita a dormir escasos de ropa, es preferible optar por una ropa ligera y de algodón, ya que nos ayudará a absorber la transpiración.
  • También en relación con el primer consejo, las personas con pelo largo sentirán menos calor si optan por recogerlo, en lugar de que esté sobre el cuello.
  • En cuanto a nuestra habitación, no es necesario dormir con edredón ni mantas, así que ¡fuera de la cama! Solo nos hace falta una sábana de algodón.
  • También podemos encender el ventilador eléctrico por la noche. Conseguiremos un efecto más frío si colocamos una bandeja de hielo frente al ventilador.

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