Grandes, pequeños, a la vista o escondidos, muchos son los tatuajes que se hacen a lo largo del año y que, si no se guardan las debidas precauciones pueden llegar a ocasionarnos problemas de diversa gravedad. Para conocer más a fondo este asunto hemos charlado con el doctor Javier Pedraz Muñoz, dermatólogo del Hospital Universitario Quirónsalud MadridEste enlace se abrirá en una ventana nueva, quien nos ha ofrecido valiosa información.

Cuidados de la zona tatuada

La zona tatuada debe limpiarse inmediatamente con un antiséptico o pomada antibiótica, y cubrirse con un apósito oclusivo durante un periodo de entre 2 y 24 horas. Normalmente se utilizan apósitos gruesos, absorbentes y antiadherentes. Pasado este tiempo y haber limpiado el área con agua y jabón, lo mejor es dejar que el tatuaje se seque al aire.

Como prevención, durante 3-5 días se debe aplicar una pomada antibiótica evitar sobreinfecciones bacterianas. Posteriormente y durante al menos otras dos semanas, es recomendable aplicar una crema hidratante sobre el tatuaje para facilitar la recuperación de la elasticidad en la piel afectada, ya que es bastante frecuente que se desescame. La piel sobre la que se ha realizado el tatuaje estará completamente recuperada en un plazo de unas 4-6 semanas.

Situaciones a evitar tras un tatuaje

Durante un primer periodo inicial es mejor evitar algunas actividades como:

  • sumergir el tatuaje en el mar o piscina, para evitar que se borre parte del tatuaje o que se infecte por bacterias
  • la exposición solar, ya que puede disminuir la pigmentación del tatuaje
  • el rascado del tatuaje o la eliminación de las costras que se forman en el periodo de cicatrización, para evitar sobreinfecciones o alteraciones en el tatuaje
  • hacer esfuerzos físicos, para no alterar el tatuaje.

Precauciones con los tatuajes

¿Qué problemas puede ocasionar un tatuaje?

Aunque no tiene por qué aparecer ninguno de ellos, es mejor tener en cuenta que cabe la posibilidad de que se muestre alguno de los siguientes problemas:

Infecciones de piel

Provocadas habitualmente por bacterias, inicialmente se originan en la piel, pero si no se tratan se pueden extender a otras partes del cuerpo. Se producen habitualmente por realizarse tatuajes en centros con poca higiene donde no esterilizan el material entre tatuaje y tatuaje.

Transmisión de enfermedades por vía sanguínea

Son cada día menos frecuentes debido las precauciones que se toman al elegir centros que cumplen con las debidas garantías. Las enfermedades son la hepatitis B, hepatitis C, tuberculosis o tétanos.

Reacciones alérgicas

Al igual que el resto de alergias en general, cada vez se ven con mayor frecuencia. En el caso de los tatuajes, depende mucho del color, ya que cada uno de ellos emplea sustancias distintas, que pueden contener alérgenos. En concreto, el rojo es uno de los que más reacciones alérgicas produce, ya que suele contener óxido de hierro o pigmentos orgánicos ricos en madera de sándalo, que son muy alergizantes. Pero también el azul, negro y verde contienen sales metálicas. Por su parte, el amarillo puede causar fotodermatitis cuando el pigmento es expuesto a la luz solar.

Cómo actuar en caso de infección grave

En estos casos lo más importante es acudir al especialista, que será quien indique el modo de actuación. De forma general, es imprescindible tratar la zona de inmediato con antibióticos orales o, en los casos más graves, por vía intravenosa. Probablemente se realizará un cultivo que identifique la bacteria causante de la infección para administrar el antibiótico más adecuado y efectivo.

En determinados casos, podría llegar a ser necesario abrir mediante cirugía e incluso, en situaciones extremas, extirpar quirúrgicamente la zona en caso de gérmenes muy agresivos o resistentes a los tratamientos antibióticos.

Interacción con pruebas como una resonancia magnética

Algunas tintas habitualmente utilizadas en tatuajes, especialmente los más antiguos, están realizadas con componentes metálicos que pueden interaccionar con los aparatos de resonancia magnética o similares, ya que estos funcionan reaccionando a los metales. Si se tiene un tatuaje de este tipo se puede presentar sensación de ardor, quemazón, dolor o incluso quemadura en la zona del tatuaje al ser sometidos a una resonancia magnética. En cualquier caso, los tatuajes modernos en raras ocasiones presentan componentes metálicos.

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