El mecanismo mediante el cual las células tumorales pasen "inadvertidas" y logran escapar al control del sistema inmunológico es uno de los puntos de investigación que más atención atraen, ya que podría explicar en "falla" el cuerpo cuando no detecta la proliferación de este tipo de células que atacan directamente al organismo y sin embargo consiguen actuar sin ser, aparentemente, atacadas.

El estudio parte de la hipótesis de que el desarrollo tumoral toma como ejemplo de comportamiento el crecimiento del feto dentro del cuerpo materno. Para entender bien esta analogía es necesario fijar la atención en la similitud entre ambos procesos: el embarazo no deja de ser una multiplicación celular de un ser extraño, formado con material biológico procedente de otro ser vivo (incluso de dos seres vivos distintos, padre y madre, en los casos de determinados procedimientos in-vitro). Pero lejos de rechazar este cuerpo, el organismo de la mujer lo acepta y protege durante todo el desarrollo debido a que, durante el crecimiento del feto, la placenta cumple la función de barrera entre los diferentes sistemas inmunológicos para permitir la tolerancia materno-infantil.

Para poder comprobar este razonamiento, se ha llevado a cabo un estudio genómico de seis tejidos biológicos distintos de una misma paciente embarazada, que desarrolló cáncer de mama al final de su gestación. El objetivo fue identificar qué genes de la regulación inmunológica estaban presentes en la placenta de la paciente para permitir la tolerancia materno-fetal.

Vellosidades del tejido de la placentaVellosidades del tejido de la placenta Células neooplásicas de tejido mamarioCélulas neooplásicas de tejido mamario

Se estudiaron tejidos biológicos de diferentes órganos: placenta, tejido mamario tumoral, tejido mamario normal, ganglio normal, ganglio metastásico y tejido endometrial. Tras su análisis se detectaron genes que no solo se encontraron en la placenta, sino también en los tejidos tumorales.

El oncólogo Miguel Hernández-Bronchud nos explica estos hallazgos "El estudio ha identificado varias decenas de genes de regulación inmunológica que hemos descubierto sobreexpresados en las células cancerosas, imitando a las células de la placenta y otra larga lista de genes inmunorreguladores que las células cancerosas logran silenciar de forma análoga a la placenta para evitar el rechazo". Y añade, "todos en nuestra vida acumulamos mutaciones potencialmente carcinógenas en nuestro cuerpo, pero no todos desarrollamos un cáncer porque nuestro sistema inmunológico quizá consiga detectar y eliminar a tiempo las células malignas o premalignas, excepto las que ya han aprendido a utilizar los viejos trucos de la placenta para eludir el control inmunológico y que acaban desarrollando un cáncer y sus metástasis".

Dicho de otra forma, la cuestión parece residir en que las células tumorales copian los programas genéticos internos desarrollados durante la evolución de los mamíferos, y esto les sirve para saltarse los controles inmunológicos y seguir creciendo descontroladamente. Esto, además, puede ayudar a explicar por qué son este tipo de animales los que sufren los cánceres más agresivos, frente a otros vertebrados, invertebrados o incluso plantas.

En resumen, puntualiza el especialista, "Si bien los mamíferos poseen los sistemas inmunológicos más sofisticados y potentes, también tienen intrínsecamente los mecanismos placentarios para desactivarlos de forma fisiológica durante el embarazo, y de forma patológica durante carcinogénesis o formación de un cáncer".

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