¿Qué es la resonancia magnética?

Se trata de una técnica basada en el electromagnetismo; se sirve de un potente imán que altera las moléculas de agua presentes en nuestro organismo y de unos detectores que recogen las variaciones cómo varían sus posiciones, generando una imagen.

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Pero su punto fuerte es que la exploración es completamente inocua y segura, ya que no emplea radiación, y por eso resulta perfecta para estudiar el feto. El doctor Manuel Recio Rodríguez, jefe asociado del servicio de Diagnóstico por imagen de Hospital Universitario Quirónsalud MadridEste enlace se abrirá en una ventana nueva y especialista del mismo servicio en el Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo, nos explica: "la resonancia magnética fetal es muy útil para el estudio de la patología cerebral. También es eficaz en los estudios de enfermedades torácicas, gastrointestinales y genitourinarias".

¿Qué ventajas aporta la resonancia magnética?

Si bien es cierto que la ecografía es el método de diagnóstico estrella durante el embarazo, existen ocasiones en las que se necesitan imágenes más precisas. Este es el caso de las alteraciones sutiles o complejas, la preparación de una cirugía fetal o los manejos especiales postnatales.

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El doctor Recio puntualiza que las imágenes obtenidas por esta técnica son particularmente útiles para valorar el grado de afectación de las patologías detectadas mediante una ecografía, para examinar fetos con escaso líquido amniótico, para casos de madres obesas o con un elevado riesgo de anomalías cerebrales como infecciones fetales o daño isquémico.

¿Para qué patologías está más indicada?

Resulta muy práctica para estudiar el desarrollo cerebral, ya que realiza una adquisición muy rápida de imagen, lo que le permite hacer una biometría cerebral y un análisis del desarrollo de los giros corticales, la mielinización y la migración neuronal. Es capaz de diagnosticar lesiones isquémicas agudas fetales gracias a su potencia de visualización.

Entre las patologías más frecuentemente estudiadas se encuentran la hernia diafragmática congénita, la malformación adenomatoidea quística, el secuestro broncopulmonar y las malformaciones intestinales, genitourinarias y masas fetales.

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