Hemos hablado con Inés Tamarit Degenhardt, especialista en Ginecología y Obstetricia, para que nos explique a qué se deben las hinchazones propias del embarazo, así como las varices y los tipos que suelen aparecer durante la gestación.

¿Cómo afecta el embarazo al sistema circulatorio?

Para comprender bien los cambios que se producen, hay que tener en cuenta que el útero antes del embarazo tiene el tamaño aproximado de una pera y que a lo largo de la gestación irá aumentando en volumen y peso, junto con el bebé, hasta alcanzar el borde de las costillas.

Este simple aumento de tamaño ya influye en la circulación venosa: el peso del útero y el bebé puede comprimir las venas que pasan por la pelvis, trayendo la sangre desde las piernas al corazón. Al comprimirlas, la sangre se estanca en las piernas, y parte del agua de las venas sale hacia los tejidos y éstas se pueden hinchar. Esto causa sensación de pesadez de piernas e incluso dolor. Además, las venas se dilatan pudiendo llegar a formar varices.

¿Por qué unas mujeres tienen varices y otras no?

El hecho de que aparezcan más o menos problemas circulatorios depende mucho de la constitución de cada persona, ya que algunas mujeres tienen más tendencia a formar varices que otras.

Además, existe otro factor que afecta a la aparición de varices, que es el aumento del flujo sanguíneo arterial al útero. Es decir, las arterias que irrigan el útero o arterias uterinas se dilatan y aumentan su tamaño a lo largo del embarazo para aumentar la cantidad de sangre total que fluye por la placenta. Toda esta sangre tiene que volver por las venas uterinas y ováricas al corazón, por lo que también se dilatan, y a veces producen un estancamiento de sangre en la pelvis, que a su vez dificulta el retorno de sangre desde las venas de las piernas.

Por todo ello se comprende que las piernas de las embarazadas se hinchan más en el último trimestre, cuando el útero y el bebé son más grandes.

Varices e hinchazón de piernas en el embarazo

¿Se puede prevenir la hinchazón de piernas y las varices?

Para evitar, o al menos reducir estos efectos, lo ideal es no permanecer muchas horas de pie o sentada; es preferible levantarse y caminar un poco a intervalos regulares. Si esto no es posible, puede ayudar también el uso de medias de compresión.

También es recomendable practicar cualquier ejercicio suave que implique a las piernas mejora el retorno venoso. La natación es especialmente aconsejable, ya que manteniendo el cuerpo horizontal, que facilita el retorno venoso, además se ejercitan los músculos de las piernas. Además, la contracción de los músculos facilita el bombeo de la sangre desde las venas hacia la pelvis y por tanto al corazón.

Y las hemorroides, ¿tienen que ver con esto?

Efectivamente, conviene recordar que las hemorroides no son más que un tipo específico de varices, que se producen por dilatación de las venas a nivel del ano. Esto explica por qué también son más frecuentes al final del embarazo, y por qué una parte de su tratamiento son los medicamentos venotónicos, que aumentan el tono o la contracción de las venas.

¿Qué son las varices vulvulares?

Son un tipo especial de varices que aparecen en algunas mujeres, cuando las venas que más se dilatan son las de la vulva. Aparecen en los labios mayores, empeoran a lo largo del día y mejoran por la noche al estar tumbada y facilitar el retorno venoso. Su tratamiento, al igual que el de las hemorroides, es sintomático, es decir, sólo podemos intentar mejorar los síntomas, pero sólo desaparecerán tras el parto.

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