Abrigo, gorro, guantes, bufanda… todo es poco para proteger a los niños del frío, pero estos cuidados a menudo no son suficientes para escapar de los virus. Este es el caso de la laringitis y la bronquiolitis, que son infecciones respiratorias de origen vírico altamente contagiosas. Esto complica su prevención, aunque siempre podemos aplicar algunas medidas de precaución como limpiarse las manos con frecuencia, no permanecer con adultos o menores con estas enfermedades y no acudir a lugares con ambiente cerrado donde hay muchas personas, o en los que se fuma.

Laringitis y bronquiolitis en niñosLaringitis y bronquiolitis en niñosAfortunadamente, también existen unas recomendaciones para aliviar los efectos de estas afecciones. Te contamos cómo identificar sus síntomas y los consejos prácticos para contrarrestarlos.

Es cierto que las señales que presentan casi todas las enfermedades respiratorias son similares: tos, mocos, fiebre… síntomas que se repiten todos los inviernos, especialmente en los niños. Sin embargo, sí existen diferencias entre las distintas afecciones, que nos ayudarán a distinguirlas. En el caso concreto de la laringitis y la bronquiolitis, la diferencia radica en la zona de las vías respiratorias afectada, que en el primer caso es la parte superior y en el segundo la inferior. Esto se traduce en pequeños matices en los síntomas, que difieren, por ejemplo, en el tipo de tos que provoca cada una de ellas: ambas secas, pero con un sonido perruno muy característico en la laringitis, mientras que la bronquiolitis suele presentar signos más agudos de dificultad respiratoria a nivel de abdomen.

Efectos de la laringitis y cómo tratarlos

Se trata de una infección respiratoria que provoca la inflamación de la laringe, que está situada en el tracto superior del aparato respiratorio, concretamente al principio de la garganta, a la altura de las cuerdas vocales.

El doctor José Casas Rivero, especialista en Pediatría y sus Áreas Específicas del Hospital Ruber InternacionalEste enlace se abrirá en una ventana nueva, nos indica que "la laringitis afecta generalmente a niños de entre seis meses y seis años, y es más frecuente en los meses de frío".

Señales de la laringitis en niños

La más característica, y que suele poner en alerta a los padres, es la tos similar al sonido de un ladrido de perro. Igualmente, los niños pueden manifestar:

  • Mocos y fiebre, especialmente los primeros días.
  • Un tipo de tos seca y fuerte, que se relaciona con voz ronca y afónica.
  • Ruido al respirar. Es posible que algunos niños produzcan un sonido al inhalar, también conocido como estridor, durante la laringitis.
  • Dificultad para respirar. En algunos casos, la inflamación laríngea puede llegar a complicar el acceso del aire, lo que provoca una respiración acelerada en el menor, es decir, costillas marcadas o una pared torácica que se comprime más de lo habitual mientras respira.
  • La noche agrava los efectos anteriores.

Normalmente la laringitis no es una infección grave, y termina curándose por sí sola. No obstante, nuestro pediatra nos indica que "los casos en los que el niño presente ruido al respirar o dificultad respiratoria pueden requerir tratamiento para reducir la inflamación de la laringe con medicamentos como los corticoides, que son antinflamatorios".

¿Cómo tratar la inflamación de laringe?

Con estos consejos se pueden mejorar los síntomas en los niños:

  • Beber líquidos.
  • No obligar al pequeño a comer, si no quiere, ya que es normal la falta de apetito durante la laringitis.
  • Inhalar aire húmedo. Se puede conseguir en el baño, acompañando al niño con la puerta cerrada y dejando abierto el grifo de agua caliente, de 10 a 20 minutos. Otras opciones son usar un humidificador o colocar recipientes con agua en los radiadores.
  • Facilitar que el niño respire aire frío a través de la ventana, abrigándole previamente. Esto ayuda a disminuir la inflamación del tejido de las vías respiratorias.
  • ¡Cuidado con los antibióticos! No son útiles para la laringitis porque se trata de una infección de origen vírico. Tampoco lo son los collarines con agua y alcohol, que pueden provocar irritación cutánea.
  • ¿Y los jarabes y supositorios? Antes es importante acudir al pediatra para que indique si son adecuados.
  • Tratar la fiebre con el antitérmico prescrito en la consulta de Pediatría, como, por ejemplo, ibuprofeno, y observar cómo evoluciona.

Bronquiolitis: qué es y cómo actuar

Al igual que la laringitis, se trata de una infección respiratoria de tipo vírico que afecta en edades pediátricas, especialmente a recién nacidos y menores de dos años.

En la bronquiolitis, la inflamación se produce en las vías respiratorias inferiores, en lugar de la zona superior, como sucede en la laringitis. Además, es habitual su diagnóstico entre noviembre y abril, y la mayoría de los casos están causados por el virus sincitial respiratorio.

Detección de la enfermedad

Los primeros síntomas son similares a los de un catarro, como tos y mocos, y duran en torno a tres o cuatro días. Posteriormente, el niño presenta dificultad para respirar, lo que significa que inhala de forma acelerada, moviendo continuamente el abdomen y vemos sus costillas marcadas.

Otros síntomas que el menor puede manifestar son:

  • Apnea del sueño
  • Inapetencia
  • Fiebre, en algunos casos

¿Cómo aliviar la bronquiolitis?

En casa podemos aplicar estas medidas:

  • Posición ligeramente incorporada en la cuna. Para ello, se puede colocar una toalla bajo el colchón, en la parte de la cabecera.
  • No acudir a la guardería.
  • Abrigar, sí, pero no en exceso.
  • Evitar la exposición a humos o, por supuesto, a tabaco.
  • Mantener la hidratación con pequeñas tomas de líquidos, mediante pecho o biberón para los más pequeños.
  • Dieta normal, en una menor cantidad y con mayor frecuencia.
  • Ayudar a la expulsión de los mocos, si es el caso, utilizando suero salino fisiológico o a través de la aspiración suave.

Cabe añadir que, según nos indica nuestro pediatra, "en algunos casos se puede necesitar tratamiento en el hospital, como oxígeno, aerosoles con suero salino hipertónico, broncodilatadores…", concluyendo que "tras pasar una bronquiolitis, algunos niños presentarán episodios similares, con tos y dificultad respiratoria".

¿Cuándo llevar al niño a urgencias?

Es lógico que los padres se muestren preocupados ante los síntomas de la laringitis y la bronquiolitis. Por eso, es vital que estén atentos a su evolución, así como a otras señales de aviso.

En casos de niños con laringitis, es recomendable estar atento si los síntomas empeoran. Por ejemplo, es aconsejable acudir a urgencias cuando el sonido o estridor se produce en una respiración tranquila o si el niño no puede tomar aire correctamente, es decir, se acelera, se marcan las costillas, se mueve la tripa continuamente, se hunde la zona pectoral o el cuello se estira. Igualmente, se debe contactar con urgencias si el pequeño no puede tragar, babea demasiado, o la boca, o su alrededor, se vuelve de color azul o pálida.

En cuanto a la bronquiolitis, las señales de alarma son los cambios de color de la piel, que palidece o torna a morado, una mayor dificultad en la respiración o pausas en esta. También es importante consultar en urgencias si apenas come, vomita o la toma hace que se fatigue, así como si tiende a dormir, a irritarse y su estado de salud, en general, es malo.

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