El verano suele ser la época más deseada. Pero, en ocasiones, las propias características de esta época y las altas temperaturas pueden ser las causantes de algunas enfermedades típicas del verano. Te decimos cómo prevenirlas y aliviar sus síntomas en caso de que, pese a tomar medidas, te toque alguna.

Enfermedades gastrointestinales y diarrea

Con las altas temperaturas se favorece la transmisión bacteriana, por lo que hay mayor riesgo de que los alimentos se pongan malos, y también aumenta la cantidad de insectos, que pueden ser propagadores de gérmenes.

Cómo convivir con las enfermedades en veranoCómo convivir con las enfermedades en verano

Todo ello se puede evitar con unas buenas condiciones higiénicas como el lavado de manos o no compartir utensilios, que son medidas comunes frente al coronavirus, además de lavar bien frutas y verduras, conservar los alimentos en frío y no dejarlos a temperatura ambiente.

Otitis y otros efectos de las piscinas

Aunque la otitis es una de las enfermedades más comunes en verano, especialmente en niños, la piscina puede provocar otros problemas debidos principalmente al cloro presente en el agua. Algunos de ellos son asma, sequedad de piel, irritación de ojos, amarilleo de los dientes o infecciones urinarias. Como es natural, esto no quiere decir que no podamos ir a la piscina, sino que debemos tener en cuenta una serie de medidas que nos ayudarán a evitar estos problemas.

  • Usar gorro para nadar
  • Emplear gafas para el agua
  • Secarse los oídos siempre al salir del agua o, si se tiene tendencia a la otitis, recurrir a los tapones
  • No permanecer mucho tiempo con el bañador mojado
  • Mantener una buena higiene bucal
  • Ducharse siempre al salir de la piscina
  • Aplicar crema hidratante al final del día

Empeoramiento de las varices

El verano puede convertirse en un enemigo para las personas que sufren de varices, ya que las altas temperaturas hacen que el cuerpo se adapte e intente desprender más calor, a través de una vasodilatación capilar y venosa, que empeora las varices.

Para aliviar las molestias propias de este problema, es imprescindible tomar el sol durante poco tiempo seguido y hacerlo siempre con crema bloqueadora, así como seguir estas recomendaciones:

  • Masajear la zona con geles fríos al final del día
  • Practicar algún ejercicio, como dar largos paseos, nadar o montar en bici

Los problemas más frecuentes de los piesLos problemas más frecuentes de los pies

Los problemas veraniegos más frecuentes en los pies

Sea por el aumento del sudor, por frecuentar zonas comunes o por la elección de un calzado incorrecto, lo cierto en que en verano aparecen más problemas en los pies de lo habitual. Te decimos los más comunes y cómo evitarlos y tratarlos.

Hongos

Suelen aparecer en los dedos de los pies y pueden llegar a ser realmente molestos. Los puedes evitar no pisando descalzo ninguna superficie, secándote los pies al salir del agua y aplicando crema hidratante por la noche.

Fascitis plantar

Causa mucho dolor, especialmente en el talón, y puede extenderse al resto del pie. Uno de los factores que influyen en su aparición es el uso de calzado incorrecto, que en verano es más habitual ya que tendemos a usar las chanclas todo el día. Si queremos evitar la aparición de esta dolencia, lo mejor es que limitemos el uso de chanclas a los momentos de playa o piscina, y las sustituyamos por otro calzado con mayor sujeción y con suela anatómica el resto del día.

Además, conviene no olvidar que las chanclas pueden ser también la causa de resbalones, ampollas y callos, así como de la aparición de dolor en tobillos y rodillas.

Cómo mejorar el sueño en verano

Problemas para dormir por el calorProblemas para dormir por el calor

Finalmente, y aunque no sea una enfermedad propiamente dicha, no cabe duda de que la dificultad para dormir en verano se agudiza con las altas temperaturas.

Pero lo peor de todo suele ser el agobio que nos entra cuando vemos que no nos dormimos, empezamos a dar vueltas en la cama, miramos el reloj… y seguimos sin dormirnos. Pues bien, ahí reside parte del error.

Por una parte, existen una serie de medidas que podemos tomar para aliviar el calor nocturno, como no cenar en abundancia y hacerlo siempre un par de horas antes de acostarnos, practicar algún ejercicio diario, darnos una ducha refrescante antes de ir a la cama, airear el dormitorio si es posible, recurrir a ventiladores eléctricos o encender el aire acondicionado antes de irnos a la habitación, y apagarlo al meternos en la cama. Otra opción es meter directamente las sábanas en el congelador un rato antes, y nos encontraremos la cama más fresquita.

Y, si aún así no conseguimos conciliar el sueño, hay que evitar mirar el reloj, y mucho menos consultar un dispositivo móvil, que lo único que hará será alterarnos más. Debemos tratar de evitar pensamientos que requieran concentración, como solucionar problemas o planificar el día siguiente, y evocar imágenes agradables que favorezcan la relajación.

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