¿Por qué no me quedo embarazada?
Enfermedades y otras posibles causas por las que no llega el embarazo
Si llevas varios intentos de embarazo sin éxito, es normal que te preguntes por qué no puedes quedarte embarazada. Lo cierto es que la fertilidad puede verse afectada por el estilo de vida, el propio estrés porque no llega el embarazo, o por determinadas anomalías y enfermedades, como la endometriosis.
Conoce las causas más frecuentes de infertilidad de la mano de nuestros especialistas en Obstetricia y Ginecología de Quirónsalud.
Estrés y sus efectos
Las probabilidades de ovular y de fecundar un óvulo son menores cuando una mujer está estresada. De hecho, se estima que se ovula un 20% menos, y la probabilidad de fecundación disminuye en un 30%.
El estrés puede afectar de la siguiente manera:
- Ovulación tardía o ausente. Es capaz de repercutir en el hipotálamo, que es la glándula cerebral encargada de regular las emociones, las ganas de comer y las hormonas que provocan la liberación de óvulos. Por lo tanto, si sufres mucho estrés, puede que ovules más tarde de lo que esperabas, o que no lo hagas.
- Baja la libido. Un incremento del cortisol, u hormona del estrés, disminuye la libido, lo que significa que no nos apetece mantener relaciones sexuales. Esto, en definitiva, hace que realicemos menos tentativas de embarazo.
- Cambios en el flujo cervical. Cuando se acerca la ovulación, suele aumentar el flujo. En cambio, con el estrés puede ocurrir que haya días de flujo intenso combinados con otros completamente secos, dando la sensación de que nuestro cuerpo intenta ovular y el nerviosismo lo retrasara.
- Comer más, debido al estrés, lo que provoca aumento de células grasas, cambios en el equilibrio de las hormonas. Todo ello puede acabar influyendo negativamente en la fertilidad.
Para mantener el estrés a raya, recuerda mantenerte activa físicamente, y también puedes realizar técnicas de relajación en esta etapa previa al embarazo.
Estilo de vida y hábitos que pueden afectar a la fertilidad
¿Una dieta deficiente, el alcohol, el exceso de cafeína y el tabaco… forman parte de tu rutina? Si es así, debes saber que son contraproducentes para la fertilidad. Por eso, te animamos a que incorpores algunos cambios para no deteriorar tu fertilidad.
Alimentación
Evita alimentos muy grasos y sustitúyelos por otros que contengan vitaminas y minerales, desde antes que llegue el embarazo. La nutricionista Rocío Praxedes Gómez, de los hospitales Quirónsalud Valencia y Quirónsalud Alicante, destaca que "a la hora de mejorar nuestra fertilidad, debemos mantener una dieta equilibrada que contenga nutrientes como proteínas, calcio, yodo, fósforo, magnesio, hierro y de las vitaminas C, B1, B2, ácido fólico, A, D y E".
Igualmente, te aconsejamos evitar el alcohol y limitar el consumo de cafeína, que son otros factores que pueden hacer que no logres el embarazo.
Fumar
Los efectos del tabaco en la fertilidad pueden ser empeorar la calidad de los óvulos y de los embriones, aumentar los trastornos de tipo cromosómico y adelantar la menopausia.
Por todo ello, te animamos a fijarte un próximo objetivo: dejar de fumar. Si no puedes sola, pide apoyo a tu doctor para lograrlo definitivamente.
Sobrepeso, obesidad o trastornos de la alimentación
Antes y durante el embarazo, es recomendable que mantengas un peso adecuado, ya que un índice de masa corporal o IMC por encima de 30 kg/m2 aumenta la probabilidad de sufrir abortos y que estos sean recurrentes. Igualmente, un peso por debajo de lo normal o, en el extremo, la anorexia, pueden influir negativamente en el proceso de quedarse embarazada y en la gestación.
Ovario poliquístico y fallo ovárico
Estas enfermedades ginecológicas pueden provocar la falta de ovulación, lo que supone otro de los problemas para quedarse embarazada. En concreto, el síndrome del ovario poliquístico o SOP es una alteración endocrina, cuyos efectos son menstruaciones irregulares y quistes en los ovarios.
Por otro lado, el fallo ovárico precoz se caracteriza porque los ovarios dejan de funcionar a una edad temprana, por causas genéticas, lo que influye en la menstruación, la producción de estrógenos y la fertilidad.
Endometriosis, una enfermedad silenciosa
Con cada menstruación, el endometrio o tejido que cubre el útero se descama. En el caso de las mujeres con endometriosis, este desprendimiento se produce fuera del útero, situándose en el abdomen, vejiga u otros órganos.
La endometriosis se conoce como "enfermedad silenciosa" porque, en ocasiones, solo se manifiesta un síntoma o surge de manera aislada, o incluso no hay indicios de ella, lo que termina entorpeciendo su diagnóstico.
Además de las severas molestias que provoca, puede ser causa de infertilidad. De hecho, se estima que el 40% de las pacientes diagnosticadas con endometriosis tiene problemas de fertilidad.
Si es tu caso, es aconsejable que acudas a la consulta de reproducción asistida para conocer las técnicas que te ayudan en tu propósito, como la fecundación in vitro, que normalmente es la primera opción. No obstante, es necesario hacer una valoración particular antes de decidir cuál es la mejor alternativa.
Anomalías del útero y las trompas de Falopio
La forma y el funcionamiento del aparato reproductor de la mujer también son motivos por los que no se consigue el embarazo natural. Entre las malformaciones o disfunciones más comunes se destacan:
- Obstrucción de las trompas de Falopio.
- Abultamientos del tejido interior del útero, conocidos como pólipos.
- Útero con forma de corazón, o bicorne, cuya característica es una hendidura en la parte de arriba.
- Pérdida repentina de la menstruación en edad fértil.
- Baja reserva ovárica, lo significa que quedan pocos óvulos disponibles.
Complicaciones obstétricas anteriores
Son experiencias anteriores que no han sido favorables y que pueden dificultar una nueva tentativa, por ejemplo:
- Fallos de implantación
- Problemas de fecundación
- Abortos recurrentes
- Abortos en estado avanzado del embarazo y muerte fetal en el útero
- Partos prematuros en hijos primerizos o antecedente de muerte fetal intrauterina sin causa conocida
- Anomalías o malformaciones congénitas en hijos anteriores
Atención a las enfermedades crónicas e ITS
Las patologías crónicas, como el asma, la celiaquía, etcétera, pueden complicar el proceso de quedarse embarazada e interferir en el desarrollo del bebé. Por eso, es recomendable acudir a la consulta de ginecología con antelación para evitar riesgos o alteraciones en tu salud. También es aconsejable comunicarlo a los especialistas si eres portadora de una infección de trasmisión sexual o ITS, para que te indiquen las pautas a seguir.
En cualquier caso, seas portadora o no, una vez que estás embarazada, es posible que los especialistas soliciten pruebas para descartar ITS. Esto se hace por tu bienestar y el del bebé, ya que se puede transmitir durante el embarazo.
Factor masculino
Está claro que el hombre también tiene un papel importante a la hora de concebir. Por lo tanto, el factor masculino puede ser otra razón por las que una mujer no se queda embarazada.
Entre las causas de infertilidad masculina más frecuentes son:
- Estrés
- Exceso de peso
- Tabaco
- Eyaculación precoz
- No hay erecciones
- Enfermedades como el prostatismo
- Anomalías en uretra o conductos del esperma
- Problemas en la producción de semen
¿Qué hacer si no consigues quedarte embarazada?
Si crees que llevas mucho tiempo intentándolo o tienes alguna patología u otro motivo por los que ir a la consulta antes del embarazo, no dudes en contactar con el ginecólogo para que resuelva tus dudas e indique si es necesario solicitar pruebas que descarten anomalías.
Recuerda que el período normal que tarda una mujer en quedarse embarazada es en torno a 12 meses. Eso sí, con más de 35 años puedes adelantar la visita tras seis meses manteniendo relaciones sexuales regulares sin éxito.
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