La genética influye en el rendimiento deportivo, esto es algo que no se puede cambiar. Sin embargo, sí es posible analizar nuestra genética para después introducir las pautas más adecuadas para cada caso personal. Esto se puede hacer mediante dos tipos de test que estudian diferentes aspectos. Te explicamos en qué consisten y para qué sirven.

Test genético de rendimiento deportivo

Si quieres llevar tu entrenamiento físico a un paso más allá o simplemente te gustaría conocer cuál es tu potencial en el deporte, esta prueba te ayuda a conseguirlo.

Concretamente, este test se encarga de analizar el perfil genético vinculado al rendimiento deportivo, facilitando datos que permiten diseñar un plan de entrenamiento personalizado para conseguir el acondicionamiento físico y otros retos.

Test genéticos para saber tu potencial deportivoTest genéticos para saber tu potencial deportivo

Esta prueba genética de rendimiento deportivoEste enlace se abrirá en una ventana nueva también resulta útil para:

  • Actuar en todas las fases del entrenamiento
  • Evidenciar los talentos de cada persona
  • Evitar lesiones
  • Cambiar los hábitos alimenticios de forma específica
  • Obtener una información que va a seguir vigente siempre, ya que es inherente al individuo

Cabe añadir que no es necesario ser un deportista de élite para realizarse este estudio genético, ya que está dirigido a cualquier persona que quiera elaborar una estrategia a su medida para obtener el máximo potencial en el deporte. Eso sí, se aconseja que un especialista lleve a cabo la lectura de los resultados para tener en cuenta las enfermedades y condiciones fisiológicas de cada caso. Así es posible indicar las pautas de alimentación y entrenamiento, además de otras recomendaciones personalizadas.

Estudio de nutrición y deporte

Esta prueba consiste en analizar el estado metabólico y conocer las necesidades nutricionales del organismo para funcionar correctamente. Por eso, el test de nutrición y deporteEste enlace se abrirá en una ventana nueva se recomienda para:

  • Conseguir el peso adecuado o mantenerlo.
  • Saber la cantidad de nutrientes necesarios para mejorar el rendimiento deportivo.
  • Conocer cómo reacciona el organismo con el entrenamiento para determinar qué medidas personalizadas se pueden tomar para disminuir el riesgo de sufrir lesiones.
  • Analizar los posibles déficits de vitaminas y minerales, así como la predisposición a intolerancias al gluten o a la lactosa.
  • Incorporar cuidados específicos para mejorar la recuperación entre las sesiones de entrenamiento y mantener la salud de los huesos.
  • Evaluar el estado inflamatorio del organismo y su capacidad detoxificante.

Cabe añadir que, tras obtener los resultados, es importante contar con la valoración de un especialista, quien indica las pautas alimentarias más adecuadas.

Qué datos se estudian en este test

  • La cantidad diaria de nutrientes necesaria para un correcto funcionamiento del organismo, entre los que se incluyen las vitaminas A, B6, B9, B12, C, D y E, y los minerales de calcio, sodio, hierro, selenio y zinc.
  • Las necesidades de omega3, teniendo en cuenta el perfil de respuesta inflamatoria celular. En esta línea, se analizan los marcadores que muestran la capacidad de detoxificación y la necesidad de antioxidantes y de la ingesta de crucíferas.
  • La cantidad necesaria de carbohidratos, grasas insaturadas y saturadas para perder peso, todo ello especificado en un panel de indicadores.
  • Los marcadores de respuesta de los tipos de fibras musculares, de modo que se puede planificar un plan de ejercicio físico con mayor eficiencia.
  • Variantes genéticas que se vinculan con las necesidades de recuperación y con la aplicación de métodos para mejorar el rendimiento físico.
  • Predisposición a sufrir lesiones articulares e intolerancias al gluten y a la lactosa, que tienen base genética.
  • Perfil de grasas, que se relaciona con la salud cardiovascular.
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