Filtrar la sangre, regular ciertas hormonas… son algunas de los objetivos de los riñones, esos órganos tan importantes para el organismo. En algunas personas, estas funciones se ven deterioradas y, en consecuencia, padecen una insuficiencia renal. En ellas, es fundamental la nutrición adecuada y otros cuidados, ya que, si se agrava esta enfermedad, puede llegar a necesitar diálisis, que es un proceso artificial que elimina las sustancias tóxicas de la sangre.

Para profundizar más sobre la insuficiencia renal, así como sobre la importancia de una alimentación adecuada, hemos contactado con el doctor Ramón Delgado Lillo, jefe de Nefrología e Hipertensión Arterial del Hospital Ruber InternacionalEste enlace se abrirá en una ventana nueva, Complejo Hospitalario Ruber Juan BravoEste enlace se abrirá en una ventana nueva, Hospital Universitario Quirónsalud MadridEste enlace se abrirá en una ventana nueva y Hospital La LuzEste enlace se abrirá en una ventana nueva.

¿Cuál es el papel del riñón y cómo cuidarlo?

Riñones

Se encarga de tres funciones muy importantes que permiten que el organismo trabaje adecuadamente. En concreto realiza:

  • Función depurativa
  • Función metabólica
  • Función endocrina

Consejos para un riñón sano

En general se recomienda:

  • Realizar ejercicio físico regular
  • Revisar la presión arterial
  • Acudir a revisiones periódicas de sangre y orina, en caso de padecer tensión arterial alta, sobrepeso o familiares con patología renal, que son factores de alto riesgo
  • Controlar el nivel de glucosa en sangre
  • Seguir una alimentación sana en la que se incluyan vegetales
  • Mantener el peso adecuado
  • No abusar de la sal
  • No fumar
  • Beber líquidos en cantidad suficiente
  • No usar antiinflamatorios durante períodos largos
  • Tener en cuenta que, si algo perjudica al corazón, generalmente también a los riñones
  • Acudir al especialista si surgen dudas

Enfermedad renal, ¿por qué ocurre?

Un deterioro prolongado de alguna de las funciones del riñón puede causar enfermedad renal crónica, que es una patología que se divide, de menor a mayor gravedad, en cinco estadios, siendo el V el más severo. Dada la importancia de que esta patología no avance hasta llegar a situaciones irreversibles, es conveniente acudir lo antes posible a la consulta de Nefrología.

¿La dieta es vital en insuficiencia renal moderada?

Sí, es fundamental. De hecho, son varios los estudios que han observado que el tratamiento dietético es muy importante para retrasar el avance de la enfermedad renal moderada. Lo adecuado es limitar la cantidad de proteínas a consumir, lo que no significa que las excluyamos por completo de la dieta, sino que moderemos su ingesta.

Proteínas con moderación

La carne, el pescado, los huevos y los embutidos tienen alto contenido en proteína. Para que la dieta de insuficiencia renal moderada sea más sencilla de seguir, aconsejamos incorporar alguno de ellos, pero en cantidades moderadas. Con esto nos referimos a comer, cada día, 120 gramos de carne o pescado, o dos huevos. Esta ración, ingerida en una única comida, es aceptable; en la otra comida fuerte del día, en lugar de proteína, se puede optar por pasta, arroz, legumbres, ensalada…

¿Restricción de calorías?

A excepción de los pacientes con diabetes o exceso de peso, es aconsejable que el aporte calórico de la dieta sea suficiente, a base de hidratos de carbono. No hay motivos para pasar hambre o perder peso, así que las proteínas pueden complementarse con pasta, arroz, legumbres o verdura.

Ojo con la sal y el potasio

Es recomendable evitar la sal en pacientes con insuficiencia renal moderada que presentan tensión arterial alta o que retienen líquidos. En estos casos, no se debe añadir sal al cocinar, ni tampoco consumir alimentos con alto contenido de sal, como aceitunas, enlatados, ahumados, precocinados, frutos secos…

En cuanto a los alimentos ricos en potasio, aconsejo limitar su consumo en las personas con insuficiencia renal moderada.

¿Cuánta agua es necesaria?

Aconsejo beber abundante líquido, en torno a dos litros, incluyendo todo el líquido que beba al día. Esta ingesta se puede aumentar cuando hace demasiado calor.

Si se experimenta un episodio de deshidratación, con vómitos, diarrea, fiebre alta o ejercicio con sudoración profusa o excesiva, se debe tratar de cubrir las pérdidas cuanto antes. En caso de que el paciente no pueda tolerar los líquidos porque continúe con vómitos, tiene que acudir a urgencias. Allí es posible realizar la rehidratación a través de la vena, y de esta forma, evitar el agravamiento de la insuficiencia renal.

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