Las enfermedades neurodegenerativas, como el Parkinson, el alzhéimer y la esclerosis múltiple, pueden pasar desapercibidas en su fase inicial, debido a que sus primeros síntomas pueden confundirse con otras afecciones comunes. A consecuencia de ello, se produce un retraso en el diagnóstico, lo que, a su vez, pospone su tratamiento.

Por eso, hoy día, el hecho de conseguir un diagnóstico cada vez más temprano sigue siendo uno de los objetivos en Neurología, puesto que la detección precoz permite incorporar antes las terapias más adecuadas para ralentizar el progreso de estas patologías neurodegenerativas. De ahí la importancia de los biomarcadores, que señalan el desarrollo de ciertas enfermedades cuando todavía no se manifiestan los síntomas.

El doctor Rafael Arroyo González, jefe del servicio de Neurología del Hospital Universitario Quirónsalud MadridEste enlace se abrirá en una ventana nueva y del Complejo Hospitalario Ruber Juan BravoEste enlace se abrirá en una ventana nueva, nos subraya que "en la mayoría de las enfermedades neurodegenerativas el tratamiento temprano es clave en el éxito de la terapia. Por ello, la utilización de biomarcadores que nos ayuden a un diagnóstico lo más precoz posible son de gran ayuda para tratar mejor a nuestros pacientes".

Te explicamos qué se considera un biomarcador y cuáles son relevantes en la detección del Parkinson, el alzhéimer y la esclerosis múltiple.

Biomarcadores: qué son y para qué sirven

Hacen referencia a todo aquello que se puede medir desde el punto de vista clínico, a través de la sangre, del líquido cefalorraquídeo o de las técnicas de diagnóstico de imagen, como la resonancia magnética y la tomografía PET por emisión de positrones, y que además es útil para la detección temprana de las enfermedades neurodegenerativas.

El hallazgo de estos biomarcadores relacionados con Parkinson, el alzhéimer y la esclerosis múltiple supondría un signo de alerta para el equipo médico, facilitando así la detección de estas enfermedades de forma anticipada en la fase preclínica.

La proteína beta-amiloide es uno de los biomarcadores en el alzhéimerImagen PET cerebral: a la izquierda se muestra en rojo la placa beta-amiloide de una persona sana, en comparación con la placa en una persona con alzhéimer (a la derecha)

Además, existen multitud de biomarcadores en investigación que sirven para:

  • Diagnosticar. Algunos de los biomarcadores disponibles permiten obtener un diagnóstico precoz y con mayor exactitud.
  • Favorecer el pronóstico de ciertas patologías, así como mejorar su evolución, puesto que la detección precoz permite la incorporación de tratamientos de forma temprana.
  • Establecer las terapias más adecuadas. Al respecto, el doctor Arroyo nos señala que "otros biomarcadores nos ayudan a elegir un tratamiento y el momento concreto en el que lo tenemos que aplicar". Por ejemplo, hay biomarcadores muy útiles para personalizar el tratamiento en el cáncer de tiroides.

Por todo ello, nuestro especialista apunta que el Parkinson, el alzhéimer y la esclerosis múltiple también se pueden beneficiar del hallazgo de los biomarcadores y sus múltiples utilidades.

Biomarcadores en Parkinson, esclerosis múltiple y alzhéimer

Dependiendo de la enfermedad neurodegenerativa, se pueden distinguir los siguientes indicadores:

Biomarcadores relevantes para el Parkinson

Nuestro doctor nos destaca que "los biomarcadores más importantes son aquellos que se realizan con estudios de Medicina Nuclear, ya que permiten observar el metabolismo de la dopamina que puede alterarse en fases muy precoces y nos ayuda a diferenciar el Parkinson de otras enfermedades".

Biomarcadores para la esclerosis múltiple

Para la esclerosis múltiple existen multitud de biomarcadores clínicos de resonancia cerebral y medular. Además, nuestro neurólogo también señala la presencia de biomarcadores en sangre o en el líquido cefalorraquídeo, que en un futuro se prevé que serán digitales. "Estos biomarcadores nos ayudan a un diagnóstico más temprano y nos predicen en gran medida la evolución de la enfermedad, y además nos facilitan la elección del mejor tratamiento para cada paciente", puntualiza nuestro doctor.

Las proteínas beta amiloide y Tau en alzhéimer

Los primeros indicios del alzhéimer pueden llegar a confundirse con los propios efectos del envejecimiento, lo que dificulta el diagnóstico hasta que se identifican síntomas demasiado evidentes del deterioro. Sin embargo, se han observado ciertas alteraciones cerebrales que pueden originarse entre 15 y 20 años antes de los primeros síntomas. En este sentido, nuestro doctor nos explica que "la detección de ciertas proteínas, como la beta amiloide o la Tau en el líquido cefalorraquídeo, o a través de estudios de PET cerebral, son los biomarcadores más destacados para un diagnóstico temprano y certero de la enfermedad".

Por todo ello, es vital seguir investigando con el fin de encontrar biomarcadores que nos permitan detectar cuanto antes estas patologías neurodegenerativas.

Etiquetas