El aumento de casos de cáncer de tiroides, a estudio
Factores relacionados con el cáncer tiroideo y otras claves sobre el diagnóstico de este tumor y su operación
El número de casos de cáncer de tiroides ha aumentado en las últimas dos décadas. La razón de ello es complicada de evaluar, pero sí se asocia a una serie de factores, tanto ambientales como nutricionales. Afortunadamente, este incremento de casos no va acompañado de un aumento de la tasa de mortalidad.
El tumor de la tiroides no suele causar síntomas, por lo que es necesario el uso de pruebas médicas para su diagnóstico. La doctora María Luisa De Mingo Domínguez, jefa de servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital La Luz, nos indica que "debido a la mejora en la resolución de las técnicas diagnósticas actuales y el incremento de exploraciones radiológicas, cada vez encontramos más cánceres tiroideos en estadios más iniciales y, en general, con tamaños inferiores a 1 centímetro".
Te explicamos por qué está aumentando la incidencia del cáncer tiroideo, cómo se diagnostica y en qué consiste el procedimiento quirúrgico más habitual.
Cáncer de tiroides, en aumento
Es la neoplasia endocrina más frecuente, y desde hace 20 años se detecta un incremento en su incidencia. Pero ¿por qué? Pese a que el motivo es complicado de determinar, se asocian a ello ciertos factores, entre los que destacan:
- Exposición a radiaciones ionizantes, sobre todo si se produce durante la infancia.
- Dieta baja en Yodo.
- Obesidad. Recientes estudios relacionan la obesidad con el cáncer de tiroides de tipo papilar, que se diagnostica con mayor frecuencia en las mujeres de 30 a 50 años. De hecho, se estima que en España hay 5 mujeres afectadas por cada 100.000, mientras que, en el caso masculino, se encuentran 1,9 afectados por cada 100.00, según la Sociedad Española de Oncología Médica.
Síntomas del tumor en la tiroides
La principal señal es la aparición de un bulto en la parte anterior del cuello, que además puede ser palpable o visible.
La doctora De Mingo apunta que "por lo general, se presenta como un nódulo tiroideo, que es una lesión dentro de la tiroides". Su diagnóstico se obtiene mediante pruebas, como la ecografía cervical y la biopsia del nódulo sospechoso mediante la punción por aspiración con aguja fina o, por sus siglas, PAAF.
Para saber si un nódulo tiroideo es benigno o maligno es necesario analizar las células, con ayuda de las técnicas disponibles para ello. En esta línea, cabe añadir que gran parte de los nódulos tiroideos son benignos, según afirma la Sociedad Española de Oncología Médica.
Una vez diagnosticado el cáncer, en la mayoría de los casos se recomienda la cirugía para su tratamiento, por lo que es habitual derivarlos al equipo quirúrgico experto. Eso sí, según el caso concreto, se puede complementar con la aplicación de radioyodo. "Tras la cirugía, dependiendo de cada caso, se decidirá si precisará completar el tratamiento con la administración de radioyodo oral", según comenta nuestra doctora.
Operación del tumor de tiroides
Se trata de una intervención que requiere el uso de anestesia general. El doctor Carlos Durán Escribano, jefe de servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo del mismo centro hospitalario, señala que "por lo general, se plantea una tiroidectomía total, que consiste en la resección de la glándula tiroides, aunque en algunos casos de tumor papilar pequeños, se puede plantear una hemitiroidectomia (extirpación de uno de los lóbulos) y seguimiento estrecho posterior".
En cuanto al procedimiento habitual, nuestro doctor nos explica que "por medio de una incisión en la cara anterior de la base del cuello se extraen los ganglios linfáticos para su análisis histológico (linfadenectomía de los ganglios)".
24 horas de ingreso hospitalario y seguimiento posterior
Esta intervención en la glándula tiroidea requiere permanecer un día de ingreso hospitalario, aunque puede variar dependiendo de cada caso. Sobre esto, nuestro cirujano comenta que "en algunos casos dejamos drenajes que se suelen retirar al día siguiente y previo al alta", indicando que "solo los casos de tumores muy avanzados requieren estancias más largas hasta comprobar la ausencia de complicaciones".
Por otra parte, después de la cirugía, se debe realizar un seguimiento médico, tal como puntualiza nuestra doctora: "Los pacientes sometidos al tratamiento quirúrgico deberán acudir a su endocrino para el correspondiente seguimiento, a través de ecografías cervicales, analíticas que incluyan el marcador tumoral tiroglobulina y, cuando sea necesario, se remitirá al servicio de Medicina Nuclear para un rastreo corporal total".
Mejoras en la operación de la glándula tiroidea
Actualmente, los avances en el instrumental de coagulación, junto con la experiencia de los cirujanos, han hecho que el sangrado postoperatorio sea cada vez menos frecuente.
Además, ahora existe la posibilidad de monitorizar el nervio durante la cirugía, lo que ha permitido disminuir el riesgo de dañar los nervios laríngeos recurrentes que hacen funcionar las cuerdas vocales. Así nos lo indica el doctor Durán: "Su incidencia disminuye con la experiencia de los cirujanos y la utilización de la ‘Monitorización del Nervio’, que es un estimulador que nos permite identificarlo y seguirlo en todo su recorrido. Hoy día es rutina de utilización durante las tiroidectomías, comprobando además su integridad al finalizar la intervención".
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