Es un error denominar como "alergia al sol" a cualquiera de las reacciones que pueden surgir en la piel tras tomar el sol. Precisamente, la doctora Mar Fernández Nieto, especialista en Alergología del Hospital Universitario Fundación Jiménez DíazEste enlace se abrirá en una ventana nueva, nos señala que "la alergia al sol como tal no existe", añadiendo que "con este nombre se engloban diversas alteraciones de la piel, que tienen como factor común la reacción de esta ante el sol, aunque resulta confuso, ya que ninguna tiene, en realidad, un mecanismo alérgico".

Lo que realmente existe es una serie de enfermedades de la piel que reaccionan con la exposición solar. ¡Descúbrelas en este artículo, conoce sus síntomas y aprende a prevenirlas!

1. Erupción polimorfa solar, la más común

Sin duda, esta reacción al sol es la más conocida. Nuestra doctora nos explica que "la erupción polimorfa solar afecta especialmente a la cara y el escote, que son las zonas más expuestas al sol en la vida diaria, aunque, en ocasiones, también aparece en brazos y pies si se usan sandalias".

Este tipo de erupción se manifiesta en primavera o al comienzo del verano, y las mujeres jóvenes son las más afectadas. A causa de esta enfermedad, aparecen pequeñas lesiones horas después de haber tomado el sol, e incluso pueden ir acompañadas o no por picor. "No necesariamente tomando el sol en la piscina o la playa, sino que esta reacción al sol puede ocurrir si se camina un buen trecho por la calle estando al sol", matiza nuestra doctora.

Afortunadamente, la erupción polimorfa solar se cura sin dejar cicatriz. Su tratamiento consiste en tomar antihistamínicos, cuyos efectos son muy rápidos, y corticoides, que ayudan a tratar la inflamación de la piel y su enrojecimiento.

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¿Se puede evitar esta alergia al sol?

La única manera es aplicar crema solar de factor de protección alto, e incluso tomar suplementos que aportan una protección adicional, incrementando la absorción de la luz por parte de los melanocitos.

Aun así, se pueden manifestar nuevos brotes. Por eso, nuestra doctora nos explica que "algunos dermatólogos recomiendan una terapia de desensibilización mediante fototerapia, que consiste en ir acostumbrando a la piel a la exposición al sol, poco a poco, en horas seguras, en tandas de 20-30 minutos cada día".

2. Urticaria solar

Aunque no es tan común como la erupción solar, su reacción es más espectacular, ya que causa habones como los de las picaduras de insectos. Además, pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, incluso en aquellas no han estado en contacto con el sol.

La experta agrega que "la urticaria solar afecta tanto a hombres como a mujeres, y puede suceder en cualquier momento del verano en relación con la exposición solar". De hecho, estos habones surgen de forma inmediata al entrar en contacto con los rayos de sol.

Para evitar la urticaria solar, es importante utilizar un protector solar de factor alto; y, en caso de que surja un brote, se debe tratar con antihistamínicos.

3. Prurigo actínico en mayores

Esta reacción de la piel al sol es muy visible e implica el engrosamiento de la piel. El prurigo actínico solo ocurre en personas mayores.

4. Fotodermatosis por ciertos fármacos

Se trata de un efecto secundario a la toma de cierta medicación al combinarla con la exposición solar. La especialista nos destaca que "las fotodermatosis secundarias son más frecuentes en personas multimedicadas o de edad avanzada, y producen lesiones similares a quemaduras, secundarias a agentes tóxicos activados con la luz del sol". También pueden formarse ampollas en algunos casos más graves.

La mejor forma de prevenir esta reacción al sol es evitar exponerse a su radiación hasta 72 horas después de haber acabado el tratamiento, ya que los filtros solares no consiguen la protección suficiente ante este problema. En esta línea, la doctora Fernández menciona que "los fármacos con los que debemos tener cuidado son antibióticos, antiinflamatorios, antidepresivos, diuréticos y algunos ansiolíticos, entre otros".

5. Porfirias cutáneas ¡alta protección!

La doctora nos explica que "estas alteraciones se producen por niveles altos de porfirinas en sangre, que impiden la producción adecuada de hemoglobina y mioglobina". Por eso, su tratamiento exige, además de llevar una alta protección solar, complementar con sombreros, ropa y otros medios que permitan lograr una protección total.

Entre los síntomas de esta reacción al sol se encuentran:

  • Erupciones
  • Ampollas
  • Enrojecimiento de la piel
  • En ocasiones, pueden surgir convulsiones y dolor en el abdomen

6. Hidroa Vacciniforme en niños

Esta reacción al sol es muy poco común y se detecta en niños con piel muy clara y sensible. Normalmente, se soluciona durante la adolescencia.

Esta enfermedad provoca vesículas, que además tienen contenido hemorrágico y pueden evolucionar a cicatrices sobre una base enrojecida. También se asocia a ello la conjuntivitis y la fotofobia. Nuestra alergóloga añade que "las lesiones en la piel suceden incluso en invierno en relación con el sol, aunque son más frecuentes en verano".

Para prevenir esta reacción al sol, es importante evitar exponerse a sus rayos y acudir a la consulta de Dermatología. Esto último se recomienda en el caso de sospechar que se presenta algún problema en la piel a causa del sol para que un especialista lo evalúe.

Por último, nuestra doctora nos recuerda la importancia de utilizar el protector solar y repetir su aplicación cada cierto tiempo.

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