Cuando nos hablan de enfermedades neurodegenerativas a todos nos viene a la mente eltérmino Alzhéimer, una enfermedad que actualmente es responsable de entre un 60 y 80% de los casos de demencia. Sin embargo, existen otras enfermedades, como la hidrocefalia crónica del adulto, que presenta una sintomatología inicial similar y que pueden llevarnos a un diagnóstico erróneo.

El diagnóstico multidisciplinar es de vital importancia

Teniendo en cuenta que existen estudios que muestran que un 10% de las personas inicialmente diagnosticadas con Alzhéimer no presentan realmente esta enfermedad, sino que padecen una hidrocefalia crónica del adulto asociada, merece la pena detenerse a profundizar en las razones que llevan a ello. En este sentido, la doctora Verónica Giménez de Béjar, especialista en Neurología, considera que "es muy importante ser minuciosos en el diagnóstico de los pacientes con demencia" para no dar una información errada.

Para evitar estas situaciones, Giménez cree que es necesario realizar una valoración multidisciplinar en la que se evalúen de forma exhaustiva los síntomas de demencia, y que permita ofrecer un diagnóstico más preciso que pueda determinar la existencia de otro tipo de enfermedades con pronóstico muy diferente al Alzheimer y para las que sí existe tratamiento, como es el caso de la hidrocefalia.

Qué es el Alzheimer y cuáles son sus síntomas

Se trata de una grave enfermedad neurodegenerativa que causa alteraciones en la memoria, el pensamiento y el comportamiento, y que afecta notablemente a la calidad de vida de quien la padece y de las personas de su entorno. La sintomatología no suele presentarse de forma inmediata, sino que se desarrolla de manera progresiva y aumenta con el tiempo, interfiriendo cada vez más en el día a día del afectado.

Algunos de los síntomas más comunes son:

  • Confusión o falta de memoria leve
  • Dificultad para recordar información aprendida recientemente
  • Desorientación
  • Cambios de humor y de comportamiento severos
  • Dificultad para reconocer familiares, amigos o cuidadores
  • Dificultades para hablar, caminar o tragar

¿Alzhéimer o hidrocefalia? La importancia del diagnóstico¿Alzhéimer o hidrocefalia? La importancia del diagnóstico

La hidrocefalia y sus síntomas

Es una acumulación de exceso de líquido cefalorraquídeo en las cavidades del cerebro que produce una serie de alteraciones cognitivas y conductuales que muchas veces se confunden con un principio de alzhéimer. La doctora Sandra Rodríguez Barceló, neuróloga de la Unidad de Memoria y Trastornos Cognitivos del Hospital Quirónsalud Murcia, nos explica que "esta acumulación provoca que los espacios del cerebro llamados ventrículos se dilaten y produzcan una disfunción cerebral, provocando un deterioro cognitivo que con frecuencia asocia alteraciones en la marcha y/o en la continencia de esfínteres".

Por su parte, la doctora Giménez asegura que las manifestaciones se presentan "de manera progresiva". Los primeros síntomas que apreciamos son alteraciones de la memoria producidas por una serie de cambios mentales, a las que siguen "alteraciones en las funciones ejecutivas, velocidad en el procesamiento de la información, praxis constructiva, funciones visuoespaciales y cambios en el comportamiento".

Existe tratamiento para estas enfermedades

Hoy día existe un tratamiento para la hidrocefalia que presenta una tasa de resultados de entre el 50 y el 90 por ciento de mejoría en los síntomas. Consiste en una intervención quirúrgica en la que se coloca un sistema de derivación en el cerebro del paciente afectado, con el que se puede drenar el líquido cefalorraquídeo acumulado, desviándolo a lugares en donde sí puede ser absorbido, como el abdomen o el corazón.

En cuanto al Alzhéimer, la doctora Rodríguez afirma que "es primordial la estimulación neurocognitiva con el fin de mantener las funciones cognitivas el mayor tiempo posible". En este sentido, ambas expertas coinciden en que la neurorrehabilitación es muy importante en ambos casos porque por permite ralentizar el deterioro cognitivo, alargar la autonomía y mejorar la calidad de vida del afectado y de su entorno familiar.

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