Correr o el ‘running’, tan de moda últimamente, muchas veces nos genera un poco de aprensión debido a la mala fama que se ha creado en torno a la práctica de este deporte y su posible relación con las lesiones de espalda.

Para comprobar qué riesgos plantea en realidad para la espalda y, en concreto, para la zona lumbar, hemos consultado con el doctor Luis Álvarez Galovich, traumatólogo del Hospital Universitario Fundación Jiménez DíazEste enlace se abrirá en una ventana nueva, quien añade las ventajas de salir a correr con regularidad.

¿Qué hay de cierto en la frase "Correr no es bueno para la espalda, porque es un deporte de impacto"?

Sé que esta creencia tan extendida puede producir una enorme frustración en todas las personas aficionadas a correr, como es mi caso, y lo cierto es que no deja de ser totalmente inexacta.

Correr puede ser muy bueno para la espalda

Correr es la forma más sencilla de realizar ejercicio físico, pero, como en todos los deportes, precisa de una técnica y puede producir efectos positivos o negativos según quién lo lleve a cabo y la manera en que se practique.

Por ejemplo, se publicaron los resultados de un estudio sobre 39.000 mujeres, que demostraba que aquellas que corrían de forma habitual antes de su primer embarazo sufrían muchas menos molestias lumbares que las que realizaban una vida sedentaria.

En definitiva, correr de manera habitual se enmarca en un estilo de vida saludable, que ayuda a mantener un mejor tono muscular y, por lo tanto, proporciona más beneficios que problemas.

¿Se puede correr con una lesión lumbar?

Depende del tipo de lesión. Existe un pequeño porcentaje de pacientes que sufren un dolor lumbar derivado de un problema estructural, como una lesión en un disco o una inestabilidad asociada. En estos casos, correr, así como la realización de la mayoría de los deportes y los ejercicios, pueden ser perjudiciales si no se realizan bajo una supervisión adecuada, y además, en muchas ocasiones, precisan de un procedimiento quirúrgico para resolverse.

Sin embargo, en la gran mayoría de los casos, en los que el dolor es mecánico, sin irradiación hacia las piernas y sin afectación neurológica, correr no resulta perjudicial para ellos. Es más, el running puede ser un magnífico tratamiento como prevención de la aparición de las molestias lumbares.

¿Qué se debe tener en cuenta a la hora de correr?

Las principales pautas son:

  • Hacerlo en buenas condiciones.
  • Preparar las zapatillas y la ropa para este deporte.
  • Realizar ejercicios de estiramientos de todos los grupos musculares antes de correr y, sobre todo, al terminar el entrenamiento.
  • Y, por supuesto, es importante realizar este deporte con sentido común y sin llegar a producir una fatiga muscular.

En cualquier caso, si surge alguna dolencia o molestia, lo mejor es acudir al médico, quien valorará cada caso.

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