Pese a que estamos acostumbrados a oír hablar de los niveles de colesterol, lo cierto es que cada vez más se tienen en cuenta otros factores biológicos y de hábitos de vida que, junto con los valores en sangre de colesterol, determinan el riesgo cardiovascular global (CV). Y es este dato el que toman como referencia los médicos para decidir si se necesita tratamiento o no.

La doctora Laura Galian Gay, del Servicio de Cardiología del Hospital Quirónsalud BarcelonaEste enlace se abrirá en una ventana nueva, nos explica que "las últimas guías de práctica clínica de la Sociedad Europea de Cardiología publicadas recientemente recomiendan el uso de unas sencillas tablas realizadas específicamente para países con bajo riesgo de CV, como lo serían los países mediterráneos, o de alto riesgo. Estas nos ofrecen el cálculo de riesgo CV estimado a 10 años".

En función de este riesgo, el cardiólogo o el médico procederá o no a pautar un tratamiento.

Hábitos de vida saludables

Con frecuencia, parte de los problemas cardiovasculares vienen dados por un estilo de vida poco saludable, y basta con modificarlo para notar mejoría. La especialista nos recomienda:

  • Ejercicio físico. Es aconsejable realizar 150 minutos de ejercicio moderado a la semana o 75 minutos de ejercicio aeróbico intenso, y, si es posible, se recomienda elevar la intensidad a 300 y 150 minutos respectivamente.
  • No al tabaco. La recomendación es abstenerse totalmente del hábito tabáquico, aunque sea pasivo. La especialista también nos advierte que los estudios disponibles no han demostrado que el cigarrillo electrónico sea eficaz para disminuir o eliminar el hábito tabáquico.
  • Relación entre colesterol y riesgo cardiovascularRelación entre colesterol y riesgo cardiovascularDieta equilibrada mediterránea. Se aconseja seguir estas pautas:
  • Reducir los ácidos grasos saturados a menos del 10% del aporte energético diario, sustituyéndolos por ácidos grasos poliinsaturados.
  • Eliminar los ácidos grasos insaturados "trans" o, en caso de ingerirlos, su aporte debe ser menor al 1%.
  • Limitar la sal a 5 gramos al día.
  • Consumir entre 30 y 40 gramos de fibra diaria.
  • Tomar más de 200 gramos de fruta al día, lo que se traduce en 2 o 3 piezas.
  • Ingerir más de 200 gramos de vegetales al día, en 2 o 3 tomas.
  • Comer pescado una o dos veces por semana.
  • Incluir en la dieta 30 gramos de frutos secos no salados al día.
  • Limitar el consumo de bebidas alcohólicas.
  • Controlar el peso. El Índice de Masa Corporal (IMC) debería estar entre 20 y 35, teniendo en cuenta que este dato se obtiene dividiendo el peso en kg entre la altura en metros multiplicada por sí misma (la altura al cuadrado).

Tratamiento farmacológico

Solo se aplicará en los casos indicados por el especialista, y deben individualizarse para cada persona. Los fármacos actualmente empleados son:

  • Las estaninas, que por lo general son las elegidas al inicio de los tratamientos, ya que cuentan con un buen perfil de seguridad.
  • Los inhibidores de la absorción (ezetimiba), que se añaden al tratamiento con estaninas cuando estas por si solas no son suficientes.
  • La niacina y los fibratos, que están enfocados a reducir los niveles de triglicéridos.
  • Los inhibidores de la PCSK9 son nuevos fármacos, muy potentes y efectivos, que se administran vía endovenosa o subcutánea en caso de que el resto de medicamentos no ofrezcan resultados, o en caso de intolerancia y riesgo CV elevado.
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