Los datos sobre el estado de los pacientes ingresados en edad avanzada son realmente alarmantes: el 30% empieza a sufrir deterioro de la movilidad o delirium tan solo 48 horas después del ingreso. El motivo parece ser que durante el tiempo de hospitalización pasan la mayor parte del tiempo en la cama o sentados en un sillón, cuando en realidad menos del 5% ha recibido indicaciones médicas de reposo.

El doctor Francisco Martinez Peromingo, especialista en Geriatría, nos explica que "todos los que trabajamos con personas mayores hemos visto pacientes hospitalizados que, aunque se curan de la enfermedad por la que ingresaron, cuando salen del hospital ya no caminan o se han vuelto incontinentes".

Programa del Paciente FrágilPrograma del Paciente Frágil

Programa del Paciente Frágil

La fragilidad es un síndrome que se define por tener una reserva funcional disminuida y una mayor vulnerabilidad a situaciones de estrés, como una hospitalización, y claramente asociado al envejecimiento.

Para evitar estas situaciones, que además se prolongan más allá del periodo de hospitalización y merman la calidad de vida de las personas que son hospitalizadas, los hospitales universitarios Fundación Jiménez Díaz (FJD), Infanta Elena (HUIE), Rey Juan Carlos (HURJC) y General de Villalba (HUGV) han puesto en marcha el Programa del Paciente Frágil, que consta de tres pilares:

Identificación precoz del paciente frágil

La doctora María Herrera Abián, jefa del servicio de GeriatríaEste enlace se abrirá en una ventana nueva y Cuidados PaliativosEste enlace se abrirá en una ventana nueva del HUIE y responsable del proyecto en el centro, nos explica que "pese a que la definición del paciente frágil es compleja, nos basamos en algunos factores determinantes como la pérdida de peso, disminución de la velocidad de marcha y una edad superior a 75 años". La aplicación de la escala de Barthel sirve de herramienta para valorar la inclusión del paciente en el programa.

Estrategia para evitar el deterioro funcional

Por una parte, se busca que el paciente realice ejercicio físico, basado fundamentalmente en dar paseos que se pueden medir gracias a una pulsera de movilidad que informa de los pasos dados. Además, y para evitar problemas de futura incontinencia, se promueve la micción programada, acompañando a los pacientes al cuarto de baño cuando lo precisan, se realiza la higiene diaria del paciente en el baño y no se hace uso de los pañales en los pacientes continentes.

Prevención del delirium hospitalario

Para reducir al máximo el riesgo de cuadro confusional se promueve la presencia de objetos personales como zapatillas, fotografías, etc., y se ha dotado a las habitaciones de relojes y calendarios para orientar a los pacientes. Finalmente, es importante que estas personas mayores cuenten con un adecuado descanso nocturno, por lo que se tratan de adecuar los horarios de administración de fármacos, toma de muestras y otros cuidados a horas que no interrumpan el sueño.

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